LOS RICOS NO MARCHAN

La marcha convocada para hoy es una muestra de que las reformas en Colombia se harán de cara al pueblo y que corresponderá a esta instancia conocer de primera mano si las propuestas son buenas a sus intereses o no. Los poderosos del pais se asustan por esas convocatorias que mueven a la reflexión a la mayoría de los colombianos pobres. En realidad es que los ricos no marchan porque todas las reformas que han hecho en Colombia se deciden en los clubes y en los pasillos de la Casa de Nariño pues los Presidentes que hemos tenido siempre han estado arrodillados al gran capital. Ellos necesitaban dinero para elegirse y reelegirse. El pueblo empezó a cambiar esas costumbres desde el 7 de agosto del 2022 cuando tomó posesión un Presidente de la República que sabe del hambre y las persecuciones en contra de los más necesitados y de los líderes sociales que han querido cambiar las malas prácticas políticas.

El tema de la salud es fundamental para todos. De su éxito organizacional y empresarial pende la vida de quienes usufructúan ese esencial servicio. Por eso debe dejar de ser un negocio para unos cuantos inversionistas de la salud y convertirse en un verdadero derecho fundamental como lo ha reconocido la Corte Constitucional. La propia Fiscalía ha informado que en sus anaqueles reposan investigaciones por valores superiores a los $2 billones que se han perdido por actos corruptos y la crisis de las EPS ha sido inevitable. Los beneficiarios de los altos salarios no son los médicos, ni las enfermeras, ni los auxiliares de las salud, sino los empresarios del sistema que se apropian de las utilidades a base de artimañas como falsedades en cuentas y gastos suntuarios en lujos inimaginables. Hay varios condenados por hechos de esa naturaleza.

Las marchas no deben asustar a nadie, por el contrario, ellas muestran que el pais está cambiando y que los poderes institucionales convergen hacia políticas publicas en beneficio de los más pobres. La salud nos pone en el camino de la igualdad, por eso una marcha multitudinaria es buena para que el Congreso entienda que su poder no está ni en el dinero de los ricos que les financian las campañas, ni en sus funciones, sino en el pueblo en quien reside la soberanía nacional.

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