COALICIONES MAYORITARIAS

Siempre se ha sostenido que para gobernar se necesita una coalición mayoritaria. Los teóricos del constitucionalismo no creen lo mismo, pues una cosa es el gobierno y otra el programa ofrecido al pueblo que votó. Es posible que para cumplir lo prometido a los electores se requiera tener mayorías en un Congreso o Parlamento, pero para gobernar están la Constitución y la leyes vigentes en los países democráticos. Colombia es un pais Presidencialista, desde los comienzos de la República la concentración de poderes en el primer mandatario es evidente. Tiene dos herramientas poderosas como son el presupuesto y el plan de desarrollo. Y una adicional: el control de la fuerza pública. Por otra parte contamos con estados de excepción y las leyes marco. Con lo dicho es fácil afirmar que para gobernar no se requiere estar humillado al Congreso, si el Ejecutivo decide romper con las reglas que atan sus decisiones a la entrega de dádivas y no al cumplimiento de compromisos con el pueblo y las regiones.

Colombia ya tiene millones de leyes para todo. No se necesitan más. Y si el Presidente quiere hacer un buen gobierno solamente requiere concertar las obras con gobernadores y Alcaldes, para ejecutar el presupuesto público; y con Ministros y Superintendentes hacer cumplir las leyes que regulan la inspección, vigilancia y Control de todo el entramado privado y burocrático que demanda el ejercicio de la función estatal. Lo estamos viendo con el tema de la salud. Basta que el Superintendente amarre el barco y mediante las reglas de inspección establezca cómo giran los recursos y cómo se los gastan; con la facultad de vigilancia determine los mecanismos adicionales para que los dineros no sean desviados a otros fines y con las competencias de control sancionar a quienes violan las leyes y las normas reglamentarias del sector. Con la seriedad que demanda el ejercicio de la función pública, muchas de las actuales IPS  y EPS  deberían están cerradas.

Los partidos que integraron la coalición de gobierno inicial querían puestos pero no responsabilidades. Después adoptaron la posición de defender el capital económico envuelto en las iniciativas del gobierno y rechazar el bienestar del pueblo. El Presidente se debe al pueblo, no al capital, que debe estar orientado a cumplir la función social de la propiedad y de la empresas. Como la fallida coalición fracasó en su tentativa de someter las políticas públicas a la voluntad de unos pocos pusieron a la Procuradora y al Fiscal a atacar al gobierno. Grave error pues con las funciones propias de cada dependencia no se puede hacer oposición al gobierno, pues pierden más los organismos de control y la Fiscalía que el Presidente. La derecha representada en la llamada coalición no quería cambios de fondo sino maquillajes aquí y allá.

La  derecha critica los cambios de ministros y otros funcionarios. Pero esa es una política normal. Está dentro de las atribuciones del que sale elegido. O si no revisen las nóminas departamentales y municipales donde hay cambios de “rosca”. Salen casi todos. No hay cambios donde la “rosca es la misma”. Tenemos que acabar la idea de que el Estado es de unos pocos. Para eso está la carrera administrativa para darle estabilidad a las políticas importantes del Estado y a las tareas del gobierno. Hay que dejar de criticar todo lo que hace el Gobierno del Presidente Petro, porque el cambio de Gobierno que se dio en el 2022 es una verdadera transformación de ideología, políticas y formas de ver los derechos de las personas y los derechos del sector económico. El mundo da muchas vueltas. Esperemos: faltan 3 años para el final de este mandato.

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