VICEPRESIDENTA BAJO ATAQUE

A la derecha colombiana le fascina hablar de sus derechos, pero cuando se trata de “respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios” (Art. 95 numeral 1 de la Constitución de 1991) hacen muestras de desprecio porque su constitución no tiene los artículos donde se manda respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituidas o propender al logro y mantenimiento de la paz (Art. 95 numerales 3º y 6º). No obstante que la Procuraduría ya estableció que no hay violación disciplinaria en el uso de aeronaves, cuando se trata de movilizar por razones de seguridad a los altos funcionarios del Estado o a sus parientes, ( Caso del ente de Control contra Juan Manuel Santos) la derecha sigue acudiendo a mentiras para agrandar una conducta que es apenas extensión legítima de un mandato que se le dio a Francia Márquez, al elegirla como Vicepresidenta de Colombia, para cumplir las funciones que le señale el Presidente y, además, reemplazar al primer mandatario en caso de faltas temporales o absolutas. (Art. 202 Constitución nacional).

No olvidemos que los actos de discriminación y el hostigamiento son delitos según los artículos 134A y 134B del Código Penal. No se puede impedir el uso legítimo de los derechos de las personas y menos de un servidor público, por razón de su raza o sexo. Tampoco promover, instigar actos, conductas o comportamientos orientados a causarle daño físico o moral a una persona por su raza, etnia y demás razones de discriminación. Valdría la pena que la Fiscalía revisara la redes sociales y actuara con la misma diligencia con la que hace oposición al gobierno del Presidente Petro, para imputar a quienes de manera grotesca discriminan y hostigan a la Vicepresidenta en funciones de Colombia. Y no se diga que eso es libertad de expresión o de información, pues la Corte Constitucional ha sentenciado que nada de lo que se escriba o diga puede contener expresiones hirientes contra las personas. La procuraduría también podría intervenir contra los funcionarios  y trabajadores activos que en redes sociales reproducen contenidos ofensivos contra la Vicepresidenta, que la hacen ver como un ser extraño por su color de piel o por su género o por no hablar lenguas extranjeras. En todas las categorías ella merece el mayor respeto, bien de los ciudadanos o de quienes hacen uso de las redes sociales o de los medios de comunicación que tienen la obligación de decir verdades fundadas en una investigación seria de sus noticias.  

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