Los resultados de la primera vuelta electoral y ad portas de la segunda el día 19 de junio deja varios interrogantes. El primero es si Federico Gutiérrez puede trasladar la votación obtenida en el primer evento habiendo perdido la posibilidad de estar en la segunda vuelta con Rodolfo Hernández, quien obtuvo una diferencia de casi un millón de votos. Entre tanto la cifras muestran que a Fico el puntero le puso tres millones de votos de diferencia y a Hernández dos millones quinientos mil. Petro necesitaría entonces dos millones de votos más para ganar la Presidencia si los números de la votación no cambian sustancialmente.
Por otra parte, en el caso de Hernández es posible que se dé el mismo fenómeno de Petro y es mantener la votación de la última ronda. Pero nadie puede predecir si la votación de Fico Gutiérrez pasa en un porcentaje determinado a Hernández. Lo más seguro es que basados en la experiencia los votos de Fico no sean tan leales en cuanto a un candidato y las personas que estuvieron acompañándolo en la primera vuelta tomen una decisión diferente en la segunda. Los apoyos a Fico no tienen identidad en la forma de pensar la política y a Colombia. Allí hay votos de Peñalosa, Dilian Toro, Alex Char, movimientos cristianos, Liberales, Conservadores, La U, cambio radical y Centro democrático. Es, entonces, una diversidad de tendencias ideológicas y políticas. Por tanto garantizar su convergencia en el apoyo a Hernández es bastante complicado, debido a las críticas que se le hacen al candidato, por su ideología de extrema derecha, sus comportamientos frente a las mujeres y a las personas que lo rodean, su lenguaje y su falta de conocimientos de la administración nacional y en temas económicos, los más preciados en la actual coyuntura.
Tanto economistas como abogados, los más versátiles en temas políticos, tiene un discurso pegado a los estándares de la ortodoxia y las normas aplicables en cada caso. Los ingenieros poco o nada tienen de esa argumentación para explicar los temas del Estado y de la estructura de las administraciones públicas. Uno de los instrumentos de la comunicación es el lenguaje para dar a conocer las decisiones técnicas que se toman en materias incomprensibles como el costo de vida, los salarios, la inflación, el desarrollo social, la producción, el consumo y los diferentes procesos económicos que permiten generar la riqueza y elevar el nivel de vida de la población. Ya Gustavo Petro por su experiencia conoce estos temas, pero el Ingeniero Rodolfo Hernández no. Su preparación académica no tiene relación con el empleo a que aspira.
Un cargo como el de Presidente de Colombia exige competencias laborales especializadas y una comprensión del entorno y de la idiosincrasia del pueblo colombiano, más profundas que el simple trato de la agenda profesional de una persona. Hay entonces deficiencias insubsanables en el candidato Rodolfo Hernández que las personas que acompañaron a Fico Gutiérrez con niveles profesionales superiores entienden y que evidencian la imposibilidad de gobernar de una persona que no tenga suficiente preparación para el puesto cuyo desempeño lo obliga a ser “jefe de Estado, Jefe de Gobierno y suprema autoridad administrativa”. Por eso no sería comprensible que ese talante de personas vote sin rigor ni análisis sobre la clase de dirigente que requiere el país. La campaña de Rodolfo Hernández ya afirmó que “no recibirá apoyo de partidos políticos tradicionales”, lo que augura el desconcierto y la desbandada de las casas regionales y militantes que acompañaron a Fico Gutiérrez.
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