MENTIRAS POLITICAS

El Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene la responsabilidad de “dar plenas garantías para el desarrollo de los procesos electorales” (Art. 265 numeral 6º Constitución). En estas elecciones a los empresarios les ha dado por ser agresivos contra sus trabajadores y por inventarse mentiras políticas contra el candidato Gustavo Petro, ganador de la primera vuelta presidencial. Los que quieran hacer propaganda en tales materias deben hacerlo dentro de la ley. De lo contrario tienen que ser sancionados por quebrantar principios como el de igualdad e imparcialidad. Quien desee participar en el proceso como activista tiene obligación de cumplir las reglas fijadas por las autoridades competentes.

Señalan falsamente a Petro de generar riesgos para la democracia, no señalan cuáles, pero riegan el infundio, de manera injuriosa y calumniosa; indican que se apropiará de las pensiones, no probando cómo lo hará, lo cual implica una conducta delictual, toda vez que la expropiación es un proceso donde intervienen la administración y los jueces; lo acusan de haber dicho que acabará con Ecopetrol, no aportando prueba alguna, pues el candidato lo que ha expresado es su deseo de regular actividades de explotación de recursos naturales y de fracking para proteger el medio ambiente; proclaman que se va a quedar más tiempo del periodo fijado por la Constitución como Presidente, otra calumnia sin soportes, porque para ello debe reformarse la carta política y en esa actividad interviene el Congreso y el pueblo de manera directa; le endilgan que va a acabar con las EPS, desmontar el SMAD, terminar el servicio militar obligatorio y aumentar los impuestos, cuando todas estas propuestas deben ser reguladas por la ley donde igualmente interviene el Congreso pero, además, se trata de propuestas a la sociedad, por las cuales están votando la mayoría de los electores.

En los programas de los candidatos caben  muchas ideas, algunas de las cuales pueden ejecutarse en el cuatrienio, otras que no logran consenso. Las promesas pueden cumplirse dentro de los parámetros que establecen la constitución y la ley.  Todo lo demás rompe el orden jurídico. Las sociedades tienen que cambiar sus reglas de juego de acuerdo con la evolución del mundo económico global. No somos islas y las sociedades cerradas no están llamadas a desarrollarse para sostener el crecimiento económico y social. Por eso los candidatos proponen cambios y ajustes a las instituciones y a las regulaciones. Lo mismo hacen las empresas, dentro de las reglas de juego fijadas por la competencia o por los gobiernos. Pero de allí a proclamar mentiras a los cuatro vientos hay una gran distancia. Los empresarios deben distinguirse por su seriedad y por el compromiso con los más pobres de acuerdo con criterios de solidaridad. El que gana más paga más. Eso lo entiende cualquiera en nuestra sociedad o en una sociedad capitalista de viejo cuño. El CNE debe vigilar la publicidad, la redes y especialmente las mentiras, porque nos estamos llenando de embusteros para ganar elecciones.

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