CONSTRUYENDO ABISMOS

Las clases gobernantes de Colombia, desde la Colonia hasta la fecha, y especialmente los de las últimas 3 décadas, han cavado un profunda fosa entre las clases altas y los pobres de todo el territorio. Se han paseado por las tierras fértiles como Atila por las praderas europeas y asiáticas, llevándose todo a su paso y apoderándose del erario público como si fuera propiedad de un monarca. Los hunos en esa migración continúan hacia occidente, donde encontraron no pocos enemigos y devastaron a todos los pueblos que se atrevieron a enfrentarse a esas hordas de jinetes. No respetar a los demás, velar por el propio interés y no por el bien colectivo, es lo que ha llevado al pueblo a la más importante elección (2022) que en la segunda vuelta sellará su destino.

Acusan a los pobres de ser una plaga, unos mantenidos, unos insensatos que no respetan la democracia, como si ellos los verdaderos ricos, hubieran tenido clemencia trabajando día a día por el pueblo. Pero ellos en realidad lo que hicieron fue acumular tesoros para sí y sus familias. Ellos conformaron los clases que cerraron a todo ciudadano vecino o amigo, las puertas del ascenso social y las oportunidades que cualquier ser humano debe tener para disfrutar de una vida digna.

Hoy dicen que estamos dando un salto al vacío porque el pueblo no vota por sus candidatos, también expresan que estamos creando un abismo entre los colombianos, cuando esas honduras fueron cavadas por ellos y por sus familias, para tirar allí las aspiraciones populares. Pero la democracia es manifiestamente un concepto referido a las mayorías de una sociedad, que respeta los derechos de los demás pero que pide a gritos oportunidades. El triunfo mostrado por el líder del pacto histórico en todas las encuestas, en la primera vuelta y seguramente en la segunda, evidencian el descontento y el rechazo de quienes se han convertido en esclavistas de las mayorías de colombianos, que reclaman salud plena, educación de calidad, empleo con salarios justos, protección del ambiente y una vejez decorosa.

Las elecciones del domingo 19 mostraron que en los últimos días de la campaña presidencial los ricos se han alineado buscando refugio en quien defienda sus privilegios. Primero en Fico Gutiérrez y hoy en Rodolfo Hernández que huyó de los debates. Este último se proclama rico, por tanto gobernará para los ricos de llegar al poder, no para los pobres. El pueblo lo sabe, por eso las encuestas han dejado ver que este candidato de las derechas, del poder y de la riqueza, también será derrotado por las masas que se congregarán a celebrar su victoria en todas las plazas de los municipios. Eso sí en paz, como un buen preludio de la nueva Colombia.

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