APOYAR AL VALLE DEL CAUCA

Los grupos económicos del Valle del Cauca no tienen parangón en Colombia. Trabajan sin descanso por el progreso de la tierra y se esmeran por hacer un trabajo coordinado con las autoridades públicas. No conocí en mis días de servidor público en diferentes entidades Municipales, de la Capital Cali y del departamento, actos de deshonestidad sugeridos o presionados por empresarios. Allí ellos se dedican a lo suyo y apoyan a través de diferentes organizaciones la ejecución de grandes obras para el desarrollo de la región. Es el caso de la vía Mulalò-Loboguerrero, necesaria para la movilización de carga y pasajeros. Esta sección carreteable desde sus comienzos fue sometida al olvido después de invertir muchos recursos de los impuestos de los vallecaucanos y sortear procesos jurídicos ante el Tribunal Administrativo, todos los cuales terminaron como actos ajustados a la ley.  

Otra obra de trascendental importancia es la doble calzada Buga-Buenaventura que mueve carga de importación y exportación abaratando costos para los industriales y comerciantes de la región y de todo el país. Además, son carreteras que aceleran las actividades turísticas y mejoran la calidad de vida de todas las personas y poblaciones que se encuentran en las áreas aledañas al circuito vial. Los gobiernos tienen el deber de ejecutar las obras que están en los planes de desarrollo. La ley del plan es obligatoria y el plan de inversiones contiene las apropiaciones necesarias, para ejecutar las obras y garantizar su mantenimiento. En esta parte la clase política tiene el derecho y la responsabilidad de aportar su capacidad de gestión para sacar adelante los proyectos. Hoy como ayer el Valle del Cauca tiene dirigentes capaces y emprendedores para lograr que en el Gobierno del Pacto Histórico se cumplan las aspiraciones tanto tiempo manifestadas ante los poderes de la Capital de Colombia. 

El diario El País expresó en reciente editorial  los anhelos de seguridad para la región manifestando que “además de las necesidades para mejorar la productividad del Valle del Cauca, la ciudadanía espera que haya un compromiso sostenido con la seguridad de la región, azotada por las disidencias, bandas criminales y delincuencia común, que se evidencian en el alto número homicidios, los delitos de alto impacto callejero y fenómenos crecientes como la extorsión a comerciales en el centro del Valle, los secuestros y los asesinatos por ajustes de cuentas.” Hay que hacer valer la alta votación por el candidato del Pacto Histórico, obtenida gracias al buen trabajo de quienes ostentaron la dirección de esa organización Política. El Valle del Cauca merece un apoyo económico superlativo para seguir siendo “tierra de oportunidades”. Hay que acabar con la violencia, mejorar el turismo y aumentar la vocación agrícola de sus fértiles tierras con créditos baratos para dar pleno empleo. 

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