MINISTROS MAL CALIFICADOS

En Colombia se les exige calidad a los estudiantes de todos los niveles so pena de perder las asignaturas o el año, pero nadie pide cuentas a los malos presidentes y ministros cuando sus calificaciones ante el pueblo que votó por ellos son pésimas. La última encuesta muestra que la mayoría del gabinete de ministros no supera el 2.5 de calificación, lo que daría para hacer un revolcón en el grupo inmediato del presidente e, incluso, él mismo debería renunciar por la mala percepción que tiene el 77% de los colombianos que desaprueba su gestión. En seguridad el 73% cree que las cosas han empeorado. La favorabilidad del gobierno en general es mala y, por tanto, eso explica el pesimismo de la gente frente a su futuro y el de sus hijos. Lástima que el presidente rodeado por unos funcionarios inútiles y aduladores cree que va a dejar un legado digno de la mejor administración que ha ocupado la faz de la tierra.

Según Datexco estos son los resultados de la última encuesta “pulso país”: Ministro del interior calificación promedio 2.2; Ministra de relaciones y vicepresidenta calificación promedio:2.1; Ministro de Hacienda calificación promedio 2.3; Ministro de justicia calificación promedio 2.2; Ministro de defensa calificación promedio 2.2: Ministro de agricultura calificación promedio 2.3; Ministro salud calificación promedio 2.5; Ministro de trabajo calificación promedio 2.3; Ministro de minas calificación promedio 2.2.; Ministra de comercio calificación promedio 2.3; Ministra de educación y Ministro de ambiente calificación promedio 2.3; Ministro vivienda calificación promedio 2.4; Ministra Tic calificación promedio 2.1; Ministra de transporte calificación promedio 2.2; Ministra de cultura calificación promedio 2.5; Ministro de deportes y Ministro de ciencia calificación promedio 2.5. Si el gobierno tuviera vergüenza intelectual pediría muchas renuncias y tendría un gabinete de crisis el último año de gestión, porque al paso que vamos serán miles las obras incumplidas e inconclusas que quedarán y más del 60% del programa de gobierno, ofrecido por el candidato Duque, ya no se podrá atender por la falta de tiempo y energía. Todo estará volcado hacia la campañas electorales del próximo año.

Los ciudadanos deben reflexionar sobre el valor del voto popular y no ir a las urnas simplemente por las promesas y los ofrecimientos materiales, cuando de por medio está el porvenir de toda una generación. Muy bueno que haya bastantes candidatos disponibles en la contienda, pero sabemos que pocos de ellos superarán los escollos hasta la primera vuelta electoral. Es posible que haya segunda vuelta, pero todo depende de la simetría con que obren los inconformes de la clase media y la tercera edad, y los jóvenes que labran un futuro en medio de zarzas que arden en pleno desierto. Lo importante es reafirmar el poder de la democracia, que permite hacer cambios profundos cada 4 años y poner de nuevo las esperanzas en la nueva administración que tiene el deber de garantizar paz, salud, estudio y trabajo para todos, sin privilegios de estrato, raza, sexo, ideología política o filosófica. Una buena decisión en las urnas puede impedir en el 2022 que 500 privilegiados que controlan el poder en Colombia sigan manipulando a los millones de habitantes de este rico y maravilloso país.

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