CIUDADANOS: ACABEMOS LA ORGIA CONTRA EL TESORO PÚBLICO

El Congreso tramita la aprobación del presupuesto general de la nación por valor superior a los $300 billones. Todo ese dinero bien invertido sacaría a la mayoría de las personas sin ingresos de su pobreza. Pero el uso adecuado de esos recursos no es posible porque tenemos una alta deuda que pagar, un Estado gordo y derrochador, y la contratación de obras descomunales donde se invierten recursos millonarios, pero que se convierten en “elefantes blancos”, por causa de la corrupción. Un ejemplo clásico se acaba de dar en el recinto de las leyes cuando hundieron dos proyectos el uno que obligaba a los Congresistas a trabajar más, dedicando tiempo adicional a expedir leyes y, el otro, prohibiendo las reelecciones indefinidas que permiten a muchos politiqueros armar su propia “tribu electoral” y oficiar como caciques inamovibles, mientras las sociedad está exigiendo cambios urgentes. Todo esto ocurre por la ambición de unos pocos que consideran a Colombia como un territorio propio, destinado exclusivamente a la expoliación y a vivir del erario público. Pero como todo en la vida no es pérdida, el pueblo ya agotó su generosidad y ahora quiere una transformación total de las costumbres políticas, derrumbando mediante el voto a esas “camarillas” que tienen todo amarrado en beneficio personal y no en interés de todos.

El mundo entero está demostrando que la soberbia del poder y la codicia no son buenos amigos y que derrumba imperios, hasta aquellos mejor cimentados. La historia del fundador de la inmobiliaria Evergrande, Xu Jiayin o Hui Ka Yan de 62 años, que llegó a ser el hombre más rico de toda China se encuentra al borde del abismo. La suya es una historia similar a la de muchos otros multimillonarios chinos hechos a sí mismos, y corre paralela a la del propio país en los últimos setenta años. Tras comenzar en una pobreza extrema, se impusieron en su sector gracias a su ambición y las conexiones personales que fueron trazando. Y acabaron alcanzando unas riquezas y un poderío impensables en sus inicios. Pero empiezan a caer por sus propios errores. Otro caso más cercano es el del padre de Britney Spears que se convirtió en su tutor legal en 2008, un periodo marcado por un comportamiento errático en el que fue ingresada en un psiquiátrico y perdió la custodia de sus hijos. Pero en 2014 inició una lucha jurídica por sacarlo de la tutela, alegando excesos en la administración de sus bienes y en sus asuntos personales. Mientras ella no podía disponer sino de 2000 dólares para gastos él se pagaba 18.000 dólares por mes. Esos comportamientos excesivos “llenan la tasa y acarrean la ruina”.

Por eso la democracia nos da oportunidades cada cierto tiempo, para que corrijamos decisiones anteriores, enmendemos errores y castiguemos a los políticos inescrupulosos. En este gobierno, no pasa un día sin que se destape un escándalo por presunta corrupción, en algún Ministerio o dependencia, lo que deja imperturbable al Señor Presidente, que solamente se ocupa de defender a sus subalternos. El Gobierno debería ser más estricto y proponer dentro de su “política Anticorrupción”, que todo servidor público queda suspendido del cargo si cualquier ciudadano lo denuncia públicamente por afectación al patrimonio del Estado, de acuerdo con los delitos y procedimientos consagrados en las normas penales. De esa manera tienen que defenderse desde la calle y no desde sus escritorios y con salario oficial. Es una medida que no afecta el debido proceso, pero que da garantías a la ciudadanía de que todo empleado debe ser pulcro y que respeta los principios de la función administrativa. De esta manera avanzaremos hacia un país diferente, con más justicia social.

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