El escándalo que se ha levantado ante la opinión pública por las revelaciones del Presidente Petro por el uso de esta herramienta posiblemente para perfilar magistrados y actores de la oposición al gobierno Duque, no cesará hasta cuando se demuestre por la Fiscalía que el uso que se dio a este software espía fue el indicado por el gobierno de los Estados Unidos, que era la persecución del delito de narcotráfico y sus lideres en el territorio colombiano. La compra y los dineros usados al parecer ya están aclarados pues funcionarios del gobierno norteamericano han dicho que se hizo la negociación con dinero de Estados Unidos. Lo extraño de esa compra es que hayan aterrizado aviones con personal israelí en aeropuertos colombianos desde donde se movieron los posibles 11 millones de dólares en dos entregas. Este es un punto por aclarar.
Pero lo verdaderamente grave es que personal de inteligencia colombiano, según la versión del funcionario que entregó la información, fue el encargado de usar y manipular a Pegasus, para el desarrollo y cumplimiento del objeto contractual. Si el gobierno de Estados Unidos participó en la negociación deberá tener estos datos a la mano pues esa potencia es muy organizada en labores de espionaje internacional. La Fiscalía y la Contraloría tendrán en sus manos la investigación respectiva, pues la Procuraduría ya dijo que no sabe nada y seguramente la funcionaria actual no se atreverá a avanzar en un escrutinio que compromete al gobierno de quien la ternó.
El concepto de software espía se remonta a finales del siglo XX y surgió junto con el crecimiento de la informática personal e Internet. A medida que las personas comenzaron a explorar el ámbito en línea, se abrió una nueva vía para la recopilación y explotación de datos. La evolución del software espía tomó un giro más siniestro a medida que se ampliaron las capacidades de la tecnología. Con la llegada del Internet de banda ancha, surgieron formas más sofisticadas de software espía. https://informationsecurityasia.com
En Colombia se incluyeron dentro del código penal varios delitos entre ellos el acceso abusivo a sistemas informáticos, la obstaculización ilegítima, la interceptación, el daño informático y la violación de datos personales. Ya en el gobierno de Uribe hubo vigilancia extrema sobre magistrados de la Corte Suprema para asediar a estos funcionarios. Alba Luz Flórez también conocida como “Mata Hari”, habría participado en la presunta destinación de recursos públicos entre 2007 y 2009 para financiar plan ilegal de infiltración contra la Corte Suprema de Justicia. Y allí está la gravedad, buscar si existió un concierto para delinquir y si por esa razón la información del negocio se volvió reservada. Hay que romper ese tabú de la reserva para identificar a los autores y los posibles delitos cometidos, como ya ocurrió.
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