¿TODO VALE?

Cheerful and smiling young successful female businesswoman standing with colleague looking at smartphone in modern office and coworking space

La política es una ciencia para el buen gobierno. Pero la hacen seres humanos, que tienen debilidades, como el egoísmo, la hipocresía, la envidia, desorganización, deslealtad, arrogancia, capacidad de manipulación, soberbia, irresponsabilidad y egolatría, entre las muchas que se podrían anotar en un libro de psicología o sociología avanzada. Pero hoy el gran debate en el mundo es ¿què hacemos con los medios de comunicación y las redes sociales, sin caer en las restricciones que impidan conocer la verdad? Volver atrás en el mundo moderno, cuando no teníamos las conectividad, la mensajería instantánea, el intercambio de ideas y conocimientos, de saberes y lenguajes, sería una aberración humana que afectaría el cambio y su acelerado crecimiento, que ha permitido poner a la vanguardia a la sociedad actual. La disyuntiva está en indagar si dentro de tales beneficios el todo vale sería una forma de controlar tanta mentira, delito informático, abusos, deficiencia productiva, fraudes, bullying virtual y falsa autoestima, que están deformando a la persona humana, tanto como ser superior y como ser social.

Y allí la prensa tiene un papel importante, antes de que los legisladores de todo el planeta se dediquen a expedir regulaciones que controlen la mente de los internautas y de todo aquel que quiera exponer al mundo inventos, productos, bienes y servicios, útiles para seguir avanzando en medio del caos del comercio, de la información y de la creatividad sin límites de los vendedores de ilusiones. La legalidad y la libertad, que son bienes que hemos cuidado desde antiguo, parece que están en peligro por tanta generosidad de los sistemas que evitan los controles para no atacar los privilegios logrados en las grandes luchas que ha librado la humanidad.

¿Cómo enfrentar el fenómeno de la prensa partidista que inventa mentiras para impedir, torpedear o no dejar gobernar a los partidos que han ganado el mando, pero que se tornan en un peligro para los intereses e instituciones de las élites gobernantes y dueñas de tanto dinero y poder? ¿Habrá en las futuras democracias mecanismos de control para garantizar la estabilidad o los cambios que se pretendan desde el Estado, cuando el que sufre la derrota no la acepta alegando fraude o malos manejos del triunfador? ¿Qué cuerpo independiente debemos crear para mantener la estabilidad social y la paz, o para contrarrestar la polarización dañina creada por esos fenómenos sorpresivos? Algún instrumento de disuasión tenemos que crear para mantener la confianza pública.

Se el primero en Comentar

Deja tu respuesta