Los grandes medios de la derecha opositora están publicando como causa de la baja inversión las políticas del Presidente Gustavo Petro. Y nada más falso que ese lugar común para presionar al gobierno a fin de que suelte nuevamente sin orden ni concierto el gasto público, pero en alianza con los privados para que empecemos nuevamente los ciclos de corrupción que traíamos hasta 2022. La corrupción no es promovida por el sector público, sino por el privado, que es la parte corruptora y la que tiene el dinero para atraer a la trampa de la inmoralidad a los funcionarios que se dejan adormecer en sus reglas éticas por los cantos de sirena de los poderosos, que cada día quieren más y más dinero en sus bolsillos.
Recordemos que, además de los problemas que hay en todas las economías del mundo que están bajando el consumo en los hogares y los gastos superfluos, tenemos una fuga de capitales golondrina que van de un pais a otro en busca de altas rentabilidades y después de recoger los frutos de su atrevimiento financiero, salen hacia otras latitudes a sacar réditos más altos de los bolsillos de ingenuos inversionistas que creen en las maravillas de las utilidades sin trabajar y sin riesgo alguno.
La economía en todo el planeta está sometida a la incertidumbre que no es otra cosa que “la característica de un fenómeno o situación en que, a pesar de repetirse las condiciones en que se realiza o que la definen, no conducen necesariamente al resultado final.” (Diccionario Espasa ilustrado). Por tanto, todas las ciencias y las profesiones están sometidas a la misma inseguridad, pues cualquier hecho o decisión, o suceso inesperado, rompe con las reglas de juego de los actores económicos o profesionales. Se habla igualmente del desasosiego y la duda que causan los planetas o las explosiones de asteroides en el espacio, pues no sabemos si todos vamos a morir o no, como consecuencia de tales eventos. Por eso nada más impreciso que una profecía económica, frente a cuyo incumplimiento el autor opta por decir “no se dieron todas las probabilidades ni los parámetros en que se basó”.
El gobierno tiene realidades e incertidumbres. Pero en el fondo sabe que tiene que ejecutar los dineros que se recaudan mediante tasas, impuestos o contribuciones en un periodo de tiempo. Que también tiene la deuda como apoyo para emergencias y que si la necesidad de gasto es tan crítica, puede temporalmente recoger todas las parafiscalidades para llevarlas a la caja única del Estado, que implica que “con el recaudo de todas las rentas y recursos de capital se atenderá el pago oportuno de las apropiaciones autorizadas en el presupuesto general de la Nación.” (Art. 16 Dec. 111/96). Las parafiscalidades existen como fruto de la facultad impositiva del Estado, son recursos públicos que manejan los particulares y asì como se crean se pueden suprimir. Por plata no nos preocupemos que plata sí hay.
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