El temor de la derecha a perder sus negocios con el Estado los ha llevado a una furia estridente que los hace repetir mentiras en sus empresas y a través de sus medios de comunicación, para sacar a la calle a la gente que no entiende de temas como la salud, las pensiones y la reforma laboral. Se trata de temas técnicos que en el fondo han servido para añadir otros que se duplican como reguero de pólvora, como la necesidad de carreteras y vivienda. Ocurrió en las elecciones regionales donde 4 ricos pusieron mas de $2.500 millones, es decir, más de la mitad de los recursos necesarios para financiar la campaña de Galán a la Alcaldía. Igualmente, otros en regiones diversas apoyaron partidos de derecha que ganaron el poder de las urnas. Lo que no se sabe es cómo esos donantes hicieron sus fortunas y cómo han manejado sus relaciones contractuales con los gobiernos que ayudaron a ganar en esos municipios y grandes capitales. La primera enseñanza es que hay que quitarles a los poderosos la capacidad para elegir gobernantes a base de contribuciones millonarias. La democracia es igualdad y el exceso de dinero en manos de unos pocos nos hace desiguales.
Lo que no quieren entender los poderosos colombianos es que el Banco Mundial sigue lanzando alarmas porque los países ricos cada vez son más ricos y los países pobres son cada vez más pobres. Hay alarma en el Banco Mundial porque la brecha de ingresos se dispara en los países más pobres, poniendo en riesgo a 1.900 millones de personas del planeta y piden medidas urgentes para evitar la “década perdida” de desarrollo. El esfuerzo, entonces, es dirigir todos los recursos públicos a cerrar brechas y no a aumentarlas. Lo que ha pasado en Colombia es que en los últimos 30 años el neoliberalismo se apoderò de las instituciones públicas y privadas, poniendo en la cúspide al 3% de los habitantes del territorio mientras el 97% a duras penas viven con ingresos medios y bajos y, en ocasiones, en medio del hambre. La desigualdad en Colombia es notoria.
La mentira, pues, en boca de la derecha es la consecuencia de la ideas de cambio, que quiere introducir en el pais el gobierno Petro, lo que contribuiría a mejorar los niveles de riqueza y democracia. Estamos viendo una época de tortura, con titulares y noticias a medias, con el fin de inducir a los más pobres a seguir defendiendo unas instituciones que nos les van a permitir niveles dignos de subsistencia y que, en algunos años, podrá reventar las instituciones con revueltas o levantamientos peores que los vividos en el pasado. Es hora, pues, de la verdad, de la reflexión y de ayudar a hacer el cambio antes de que la explosión social nos sorprenda.
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