Nadie sabe con certeza el tiempo en que nació la humanidad. La mayoría pensaba que hubo un día para la creación y a partir de allí, los seres humanos poblaron la tierra. Otros adoptaron la teoría de la evolución, dando a la naturaleza espacio y tiempo para generar al ser humano moderno, producto de modificaciones en su genoma y de la adaptación a las circunstancias del momento. Eso lo hemos experimentado a través de miles de años. Pero luego apareció Gobekli Tepe donde encontraron impresionantes construcciones megalíticas cuya datación puede estar en los 15.000 años A.C.
Las civilizaciones no tienen fecha en el calendario. Pues por allá entre el XII y el I antes de Cristo se desarrolló la civilización griega y allí nació la democracia. Según los historiadores “después de que los atenienses obligaran a marchar al destierro a Hipias y su familia con la ayuda del rey Cleómenes de Esparta (510 a.C.), las luchas de poder entre las facciones no tardaron en volver a aparecer. En torno al 507 a.C., Clístenes, un miembro de la desterrada familia de los Alcmeónidas, contó con el apoyo de los ciudadanos para reformar las leyes y evitar nuevos gobiernos tiránicos u oligárquicos como el que intentaron establecer Cleómenes de Esparta y el arconte ateniense Iságoras tras la caída de los Pisistrátidas”.
Las reformas de Clístenes fueron fundamentales, y más importantes que las de Solón, ya que abrieron la puerta a la aparición de la democracia ateniense. https://historiaeweb.com/. Clístenes, según Heródoto, “hizo entrar al pueblo en el consorcio”, pidió ayuda al pueblo, derrotando de esa manera a Esparta y a la oligarquía. Los hombres de aquella época, relativamente ricos, se costeaban su propio armamento, formaban el ejército terrestre pues se consideraban superiores a los demás en inteligencia y juicio práctico.
Las bases de nuestra democracia, entonces, fueron construidas hace 2.594 años y de esos pueblos antiguos tenemos que aprender que lo que vale no es la riqueza sino la igualdad ante la ley, la libertad de expresión y la libertad para votar todas las decisiones públicas. Por eso las Cortes exigen la consultas previas en aquellos asuntos que suponen afectación directa de la comunidad. El artículo 3º de la Constitución Colombiana expresa: “La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes en los términos que la Constitución establece. Ahora: la pregunta es: ¿Cuándo el pueblo puede sin intermediación del Congreso ejercer sus funciones de soberano si el Congreso se opone a garantizar sus derechos fundamentales y sus derechos sociales, económicos y culturales? ¿Puede tomarse el poder soberano a la fuerza como lo predicaron filósofos del medioevo y el renacimiento, o como ocurrió en las revoluciones de Francia y Rusia?
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