LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

Casi un millón de personas dejó la violencia armada en Colombia entre 1985 y 2018, según datos de las entidades investigadoras del fenómeno violento en el pais y teniendo en cuenta los subregistros por desapariciones forzadas cuyos cuerpos nunca se encontraron, bien porque los arrojaban a los ríos, los cremaban o porque se los comían los caimanes como afirman algunos en los medios de hoy. La causa de todo este entramado estaba en el despojo de las tierras, la ideología, el narcotráfico u otras formas de criminalidad fomentadas por la ambición y la codicia. Por eso ya es hora de parar a los violentos y terminar la violencia que se expande por todo el territorio. Según la Comisión de la verdad 45% se atribuyen a paramilitares, 27% a grupos guerrilleros (distribuidos así: FARC-EP el 21%, ELN 4%, otros grupos 2%), y muertos por agentes estatales 12% es decir 56.094 víctimas.

De más de un millón de personas asesinadas resultaron con corte a 31 de diciembre de 2019 un total 8.045.476 víctimas del conflicto armado, plenamente identificadas en la bodega de datos SISPRO del Ministerio de Salud y Protección Social. Una verdadera desgracia para un pais que busca el desarrollo capitalista. Pero el gobierno no puede olvidar a sus muertos ni a las víctimas y por eso el mayor esfuerzo es buscar cómo indemnizarlas y sanar la heridas. Todos los que fueron autores, cómplices o auxiliadores deben contribuir en la medida de lo posible por esa verdad, justicia y reparación que tanto reclamamos los colombianos. (www.funcionpublica.gov.co)

Por tanto, el primer acuerdo nacional que debe lograrse es ese de dar tranquilidad a las víctimas y rescatar la memoria de los que fallecieron en combate o de manera miserable, por el odio y las luchas internas que en nada han mejorado las condiciones sociales y económicas de los más pobres. La violencia no sirve para nada, pero deja secuelas imborrables. Lo contradictorio de todo esto es que llega un gobierno que quiere cumplir esa tarea y no lo dejan. Los que se han apoderado de las cortes, del Congreso y del Gobierno no quieren ningún cambio, solamente quieren seguir reportando utilidades en sus empresas. Cambiemos esa mentalidad de “primero yo, segundo yo y tercero yo”, por la otra de “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”. El pais ganaría más y en una década tendríamos una Nación convertida en verdadera potencia de la vida y de la producción en todos los frentes de la actividad humana.

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