Según la Clínica mayo “la esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede ser incapacitante”. Esta descripción la cae bien a la derecha derrotada en 2022 por el presidente Gustavo Petro pues no quieren reconocer su triunfo electoral ni sus logros, ni la debacle económica que dejaron en el país, ni la crisis de las EPS, ni la violencia enquistada en las regiones por causa de la desigualdad. Más bien al convertirse en oposición al gobierno hablan de un país maravilloso hecho por ellos, lleno de realizaciones y de logros, que nadie en otra parte de la tierra puede imaginar. Un pais, que según la derecha extrema no se puede cambiar, una tierra con instituciones donde el cambio llevaría al caos.
La derecha desconoce que al gobierno le aprobaron leyes importantes como el plan de desarrollo y el plan de inversiones, la prórroga de la ley de paz total, el acuerdo de Escazú al que se oponían ganaderos y explotadores de la naturaleza y amigos de la deforestación, y la reforma tributaria contra la que se han ido lanza en ristre los ricos empresarios de Colombia. Y avanzan lentamente, pero con paso firme la reforma a la salud, las pensiones y al régimen laboral. Pero lo que más les duele es la cantidad de cambios en la fuerza pública de donde sacaron a todos los generales y coroneles partidarios de las doctrinas de la defensa y seguridad en contra de los derechos humanos, la inclusión de mujeres, afrodescendientes y comunidades raizales y LGBTIQ+ en el gobierno y la creación del Ministerio de la igualdad, en un país donde la discriminación ha reinado desde la independencia.
El presidente Petro ha metido a la derecha en un régimen de cambio constante, de lo nuevo a lo viejo que conduce a modificar los hábitos, creencias y la autoimagen del régimen anterior. Hay modificaciones también en las dinámicas sociales y en la forma como nos relacionamos los unos con los otros para adaptarnos a lo nuevo. Los medios están igualmente molestos por el nuevo periódico (VIDA) que defiende el programa de gobierno, pues como se afirma por los expertos, si la tecnología es el motor del cambio acelerado, la información es su combustible. Entonces, mientras más información, más cambios. El conocimiento no es solo poder, es la propia transformación. Si la derecha quiere acabar con su esquizofrenia debe aumentar su adaptabilidad y buscar otros fundamentos ideológicos y normativos, para que comprendan cómo el cambio afecta a todos y cómo deben aceptarlos.
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