METRO DE MEDELLIN

Los sistemas masivos en Colombia vienen de crisis en crisis por la improvisación de los gobiernos anteriores que se comprometieron en la construcción y el diseño de estructuras de movilidad como los Transmilenios y los metros, que solamente dejaràn deudas y problemas a las ciudades donde se han implementado y donde se sigan construyendo, como posible solución para el transporte de los ciudadanos. La movilidad de grandes números de pasajeros requiere un apoyo de los gobiernos nacionales que deberían financiar el 60% de la tarifa y eliminar el mototaxismo, el bicitaxismo, y otras formas ilegales y aumentar la seguridad y comodidad para los pasajeros.

Hoy el periódico el Colombiano de propiedad de los ricos de Antioquia cuestiona que el Presidente Petro tome decisiones sobre el metro de Medellín. Es una posición inaudita, teniendo en cuenta que el sistema en realidad no es producto del trabajo de los antioqueños únicamente, sino de todos los colombianos que los hemos financiado con los impuestos nacionales. Tanto que hoy la Junta directiva está integrada por cinco (5) representantes del gobierno nacional y cuatro (4) de Medellín y la Gobernación de Antioquia.

A los antioqueños hay que repetirles la historia para que los medios no tergiversen la verdad. El metro de Medellín, cuyo costo inicial se calculó en US$600 millones terminó valiendo la suma de US$3000 millones. Hoy el Departamento y el Municipio le deben a la Nación una suma billonaria que se terminará de pagar en el año 2083. Para esa fecha la región antioqueña habrá pagado $67.4 billones que, si se hubieran invertido en pequeñas obras en Medellín y Antioquia, hoy serían los lugares más competitivos para vivir. Para 2023 el Metro de Medellín tiene un déficit financiero de 500 mil millones de pesos, lo que ha dificultado el desarrollo de algunas obras en el sistema. Los efectos de la pandemia aun persiguen al Metro de Medellín. Entre los años 2020-2022 el sistema tuvo un déficit de 760 mil millones de pesos.

Según el gerente del metro “significa no poder adelantar proyectos que se tuvieron que suspender, como la construcción de nuevos accesos, construcción de pasarelas, soluciones para la movilidad de personas que tienen algún tipo de discapacidad por ejemplo rampa o ascensores”. Sorprende que el Colombiano hable de una “toma hostil”, cuando en realidad la Nación es la dueña del sistema, por la solución financiera que dio, para que el metro sobreviviera y no entraran en quiebra la Gobernación, Medellín y la propia empresa del metro. Hay que ser agradecidos y entender que con insultos no se obtiene la colaboración del gobierno nacional.

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