Lo dicho por el Presidente Petro es objetivo y corresponde con la verdad de lo que es la actividad gubernamental en Colombia. Los administradores viven rodeados de un entramado de normas que los que llegan nuevos al poder ni siquiera conocen. Además, en este gobierno de manera especial la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía, están haciendo oposición política y encuentran en cualquier hecho o acto de los servidores públicos una conducta extraña que debe investigarse. Nunca lo hicieron en gobiernos anteriores y a este le quieren “meter miedo por todo”, por lo que hace y por lo que deja de hacer. Hay que ver cómo corren a investigar a los empleados de pacto histórico y cómo aceleran para terminar las investigaciones de los amigos de anteriores gobiernos para que el próximo fiscal o Contralor o Procurador no pueda hacerles nada amparados por el principio de la cosa juzgada.
Lo primero es que la Constitución de 1991 es norma de normas (Art. 4º Constitución Política). Ello significa que quien no sea especialista en teoría constitucional entra al gobierno pisando lodazales. Luego viene el tema del gasto público, basado en presupuestos y en normas como las disponibilidades, registros presupuestales y estatuto orgánico que limitan el accionar, pues ordena en el artículo 17: “ARTÍCULO 17. Programación integral. Todo programa presupuestal deberá contemplar simultáneamente los gastos de inversión y de funcionamiento que las exigencias técnicas y administrativas demanden como necesarios para su ejecución y operación, de conformidad con los procedimientos y normas legales vigentes.
PARÁGRAFO. El programa presupuestal incluye las obras complementarias que garanticen su cabal ejecución (L. 38/89, art. 13)”.
Esto significa en palabras sencillas que el nuevo gobernante debe ocuparse de terminar las obras del gobierno anterior. Eso ha hecho el Presidente Petro, por lo cual sus obras de gobierno empiezan en el primer semestre del año entrante, mientras se adjudican los contratos que tengan estudios, la debida planeación y determinación de costos.
Un Presidente, entonces, empieza a gobernar al año y medio de posesionado y más con la oposición recalcitrante y maliciosa de la derecha colombiana que aliada con ricos y empresarios no han dejado avanzar las reformas que les quitan su grandes negociados con el Estado. Por eso el Pacto Histórico siempre habló de tres gobiernos, porque si no hay continuidad el próximo Presidente desbaratará todo lo que haya hecho Gustavo Petro y Colombia volverá a ser como era, un pais gobernado por las élites que no dejan llegar a nadie al poder fuera de sus amigos, parientes y compinches, con los cuales se reparten los más de $500 billones de presupuesto anual y los más de $1000 billones del cuatrienio del plan de inversiones. Ciudadanos, electores y demócratas: ojo pues con las elecciones del 2026, para que la derecha no vuelva al poder y paralice el cambio social y económico para las mayorías, pobres de Colombia
Se el primero en Comentar