ELECCIONES LOCALES

La ultraderecha intransigente en Colombia ha montado una película de terror para hacer de estas elecciones un presunto plebiscito contra las políticas del gobierno nacional. Pero estas elecciones tienen un significado más profundo y personal. Vamos a elegir alcaldes, gobernadores y corporaciones regionales y locales. Es decir, la composición política y administrativa de nuestros territorios. Todo lo que está cerca de nosotros lo privilegiaremos mañana. No votamos por el derecho a la salud, a las pensiones o a la educación. Vamos a las urnas para seleccionar a quienes más conocemos y con quienes compartimos el día a día, los alcaldes, que son los regentes de la primera célula política y administrativa de la Nación. De los pueblos parte el poder estatal y si escogemos mal, por odios o por apetencias partidistas estaremos haciendo una mala elección. Votemos en conciencia, por el mejor, por el programa que más nos seduzca y que nos interprete como ciudadanos, no por un tamal o una botella de ron o por unos pesos. Esta democracia del domingo es la verdadera democracia, la que nos hace ciudadanos y la que afecta de manera directa a nuestras familias.

Equiparar estas elecciones con un plebiscito contra alguien es equivocado, aborrecible y detestable. Las elecciones locales y regionales nos ponen cerca del poder de nuestras propiedades, de quienes nos van a subir el predial, fijar las tasas para vender o comprar nuestros vehículos, establecer los planes de ordenamiento territorial, es decir, señalarnos donde viviremos y donde estarán las industrias o comercios, cuánto pagaremos por el alumbrado público, sobretasa para los cuerpos de bomberos o la gasolina y por impuesto de avisos y tableros. Con estos pagos básicos se va una parte de lo que ganamos como empresarios y comerciantes o como empleados o trabajadores. Por eso escoger bien a los concejales es clave, pues muchos llegan es a aumentar la valorización y a negociar los terrenos que están en las zonas suburbanas para enriquecer a unos cuantos constructores. O aumentar la tarifa del alumbrado porque le dieron el contrato a un amigo que les ayudará a financiar la campaña política dentro de 4 años.

El engaño de la política no está en lo que los políticos dicen, sino en lo que nosotros creemos que pueden hacer. Si no sabemos las competencias de un concejal, diputado, alcalde o gobernador, nuestro voto hará el cambio en contra de nosotros mismos. Por eso lo que debamos cambiar tenemos que hacerlo sabiendo cuáles son las competencias de cada uno de ellos. En una sociedad moderna como la nuestra donde los celulares son pequeños computadores, se pueden buscar las competencias de alcaldes y gobernadores, concejales y diputados, y eso nos dará una información sobre qué votaremos mañana. Los grandes partidos de la derecha mienten en la finalidad de estas elecciones. Solamente afectaremos nuestra vida de manera profunda en el nivel local y si votamos mal eso no podremos remediarlo sino dentro de 4 años, cuando la democracia nos dé la oportunidad de corregir nuestros yerros políticos.

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