ENCUESTAS REGULARES

Con las encuestas pasa lo mismo que con los pronósticos del tiempo. Los presentadores toman buenas notas de datos serios o precisos o simplemente piensan en cumplir con su deber a medias sin revisar diversas fuentes. En el blog de https://spheremodel.com/, encontramos ideas interesantes de por qué algunas encuestas fallan. Por ejemplo, afirman que hay gente aficionada a las encuestas y que operan con poco presupuesto o que simplemente reciben un dinero para obtener un resultado previamente determinado por el que paga la encuesta. Hay preguntas sesgadas, confusas, irrelevantes, otras encuestas no validan sus resultados. Por eso el 60% de la gente ya no cree en las encuestas.  Ocurre también en la ciencia que cuando un estudioso presenta un documento que dice que algo es malo para la sociedad, los interesados pagan otro u otros para que digan todo lo contrario. De esa manera manipulan a la sociedad y dirigen su voluntad al logro de objetivos comerciales, políticos o sociales que quieren determinados grupos de interés.

Estamos viendo en Colombia que los medios de la derecha dan como resultado el triunfo de los amigos de sus amigos. No importa si detrás de quienes van adelante en las encuestas son respaldados por clanes electorales acusados de compraventa de votos o de manipulación de contratos por los gobiernos locales o regionales, o si tienen en sus listas personajes incursos en causales de inhabilidad. En cambio, tienen los ojos puestos en los candidatos del pacto histórico para generar acusaciones infundadas, inhabilidades inexistentes, resultados administrativos bajos en ejecución presupuestal o fiscal, incumplimientos de promesas de campaña, u otras conductas presuntamente anómales para escandalizar sin pruebas. Falta veracidad, imparcialidad e investigación en las noticias.

El Consejo Nacional Electoral debe ser preventivo en las advertencias y en la toma de decisiones contra todo aquel que pretenda interferir en el proceso electoral, violando las normas que lo ponen como guardián de la democracia colombiana. Que desde esa alta Corporación se tengan los ojos suficientes y el poder anticipatorio para evitar que la violencia política se desborde en regiones donde las diferencias en la votación van a ser muy bajas. Siempre todas las cosas malas ocurren por falta de inspección, vigilancia y control, por no actuar a tiempo, evitando los riesgos que pudieron evidenciarse antes de la contienda. Ese manejo es prudente y más que nunca hoy con la polarización que se mantiene en altos niveles de excitación, donde cualquier chispa puede provocar la explosión de voluntades guiadas por sentimientos de violencia y exclusión. Bajándole al lenguaje triunfalista, podemos llegar al 29 de octubre día en que se verá la encuesta real con la voluntad clara de los electores expresada en las urnas. Hoy no hay potenciales alcaldes, ni gobernadores, ni perdedores. Solamente las urnas tienen la palabra, que a veces es misteriosa como el oráculo de Delfos.

Se el primero en Comentar

Deja tu respuesta