LIDERES APOCALÍPTICOS

En Persia, 600 años antes de la era común, se manifiesta el dualismo entre el Spienta Mainyu (Espíritu Benefactor) y  el Angra Mainyu (Espíritu Hostil). La antítesis entre el bien y el mal, las opciones entre Orden y Caos se concretan  en la elección que debe hacer el hombre entre ambas alternativas. Por su parte en la mayoría de las religiones se habla de la existencia de un Dios del bien y su contrincante el demonio, luzbel, belcebú. Así como existen los mil nombres de Dios los hay también para calificar al diablo. La dualidad filosófica entre lo bueno y lo malo, regulado por las sociedades antiguas y modernas, son parámetros que en ocasiones el pueblo critica y desobedece.

En la política se da con mucha frecuencia que quienes quedan fuera del poder atacan al gobernante de manera implacable para demostrar su capacidad de agresión y resistencia. En la política no hay proactividad, es decir, el dinamismo que implica hacer frente a los cambios y las necesidades de los demás. Hoy se trata como un negocio, plasmado en acuerdos por debajo de la mesa para conseguir poder y repartir el presupuesto público. Quien ha tenido el dominio anhela fervientemente conservarlo, no importa a qué costo. Se mira el bienestar personal, no el social. Quien gobierna mira el bien colectivo y por eso tiene tantos adversarios. Porque se le juzga con los mismos parámetros de la condición personal del juzgador. El principio de “haz el bien y no mires a quien”, no es usual en la política. Las guerras, la violencia, la soberanía se han impuesto al pueblo por la fuerza. Nadie quiere morir en una guerra. Se busca por todos los modos posibles la paz y el bienestar.

Pues bien la paradoja de Colombia es que siendo un pais rico, con dos mares, una naturaleza fértil, diversidad de riquezas minerales, tierras que otra república envidiaría, somos uno de los países más desiguales del mundo. De acuerdo con el análisis de Oxfam International, basado en el Banco Mundial, nuestro país es el segundo más desigual en América Latina “y enfrenta profundas brechas entre hombres y mujeres, entre zonas urbanas y rurales y entre personas ricas y pobres”. Colombia es el cuarto país con mayores índices de pobreza extrema según la CEPAL. Y ostenta la mayor desigualdad de ingresos entre los países de la OCDE. Por donde nos miremos tenemos que concluir que esa desigualdad no se elimina sino con una fuerza de choque entre la riqueza y la pobreza. Lo lamentable es que como en Colombia la política se hace con plata, los ricos siempre la han puesto para mantener el poder heredado de sus mayores. Llevábamos 7 generaciones de los mismos con las mismas.

Pero el Pacto Histórico integrado por 17 partidos y movimientos políticos dio una gran sorpresa a la derecha extrema de Colombia en 2022 y les arrebató con votos el poder. Parece que no se reponen de esa pérdida y a toda costa quieren sus 5 líderes opositores arrojar al pais a una crisis mayor que la heredada. Si hoy tenemos polarización la derecha la quiere profundizar. Enfrentar al gobierno es una torpeza, pero los jinetes del apocalipsis parece que quieren acabar con todo si no les devuelven  lo que les han quitado y les pueden quitar. No puede olvidarse que los impuestos son del pueblo, que deben usarse para el bien común. Por eso las ollas comunitarias son un gran comienzo, para devolverles lo mucho que les han negado. Hay que reformar a fondo las salud, las pensiones y la reglas laborales. Sin ese cambio profundo nunca habrá paz. Que los líderes opositores en vez de destruir ayuden a crear un nuevo pais. Que permitan el cambio.

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