¿QUIEN GENERA ODIOS?

Cuando hay una lucha por el poder, el dinero y hasta por el amor, todos los bandos tratan de generar odio. El odio separa pero también une. El dicho de que” los enemigos de mis enemigos son mis amigos” es muy aplicado en política lo mismo que el otro que expresa que “lo que se ve es mío y lo que no se ve es en compañía conmigo”, que descargan los jefes a sus subalternos para manejar la corrupción en el sector de los contratos y de los puestos públicos, son muy conocidos en las altas esferas de la política y de los negocios. Si Colombia está en tensión y en aparente clima de animadversión todo es causado por las elecciones de 2022 y sus consecuencias, que trae consigo cambios de fondo en el manejo del Estado y del gobierno.

La derecha en el poder creía que continuaría sus políticas de exclusión y los movimientos alternativos dieron una sorpresa, pues ganaron la elección presidencial. La derecha siempre mostró su tranquilidad porque afirmaba contar con mayorías en el Congreso. Las mismas que oscilan entre sus intereses particulares y partidistas no son tan confiables como ha demostrado la realidad. Creer en  promesas de político en campaña es como creer que las piedras hacen milagros. Solamente se puede tener fe y, eso que a veces, en los contratos firmados y autenticados, porque pueden reclamarse ante la justicia. Y saldrá bien el proceso si la demanda está estructurada de conformidad con la ley y la jurisprudencia.

La derecha confía en “defenestrar” al Presidente, porque lo dijo uno de sus importantes aliados, que ha manipulado a las reservas de la fuerza pública. Pero la derecha también ha usado a los medios de comunicación que se han expresado con rabia, con parcialidad y con violencia política, racista y de género.  Los movimientos alternativos tiene al Presidente y tiene la calle para expresarse. Las dos posiciones son irreconciliables mientras se mantengan cada uno en el papel de atacar o defenderse. Falta pues que se forme un grupo importante de ciudadanos, políticos y empresarios que llamen al diálogo y que bajen las armas de la injuria y la calumnia que son delitos en nuestro derecho penal.

La prensa puede decir lo que quiera y escandalizar pero el derecho punitivo funciona  con pruebas. Es imposible vincular al Presidente a la comisión de cualquier delito si no se le prueba el dolo. Por eso el artículo 29 de la Constitución dice: “Toda persona se presume inocente mientras no se le haya declarado judicialmente culpable”…Y agrega: “Es nula de pleno derecho la prueba obtenida con violación al debido proceso.”

Para condenar no puede haber dudas sobre el delito y la responsabilidad penal del acusado porque la “sentencia condenatoria no podrá fundarse exclusivamente en pruebas de referencia” (Art. 381 Código Procedimiento Penal). Atengámonos pues a la ley y tranquilicemos los espíritus y las lenguas pues la prueba en el derecho es la base de toda verdad. Hasta hoy solamente existen comentarios, opiniones y sesgos políticos. Lo demás son cuentos de redes sociales y de medios adoctrinados.   

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