¿POR QUÉ AHORA SÍ?

La derecha se está felicitando y enumerando los proyectos que no pasaron con aprobación del Congreso. Esto significa que la oposición se siente representada por quienes huyen de sus responsabilidades y abandonan sus puestos en el Congreso para que no haya quorum y los proyectos se hundan sin  discusión alguna. Pero por otra parte esa misma derecha extrema pide que se dialogue con la oposición a través de los medios de comunicación financiados por las grandes empresas, que todos los días insultan al gobierno y pretenden desprestigiarlo para que se pueda dar lo que el propio mandatario llama un “golpe blando”. Es decir, la derecha recalcitrante que perdió el poder es unas elecciones ratificadas por el órgano electoral juega a tumbar las instituciones y, por el otro lado, pide diálogo.

Si miramos la historia de Colombia, lo que la derecha llama diálogo es un acuerdo sobre puestos y contratos; sobre los recursos públicos, especialmente sobre los dineros de la salud y sobre los dineros de las pensiones. No se trata de un cambio para erradicar la pobreza sino para mantener la riqueza de los pocos grupos económicos que hay en el pais, esto es, las 1000 empresas que declararon billonarias utilidades, que todos esperamos sean repartidas en inversiones para el crecimiento y no para la diversión y relax de sus dueños. Salvo las actividades privadas, en estricto sentido, son recursos particulares. Aquellos ingresos que manejan particulares pero que son producto de una decisión impositiva del Estado son recursos públicos, que no pueden ser apropiados por quienes los manejan. En Colombia hay dineros de tasas, impuestos y contribuciones (valorización y parafiscales) que están bajo el control de asociaciones, organizaciones gremiales,  cámaras y  otras organizaciones o grupos privados, pero esas delegaciones pueden ser recogidas por parte del Estado, derogando las normas que las han creado o destinado transitoriamente.

Luego, cuando la oposición habla de representar a más de 10 millones de colombianos que votaron en 2022,  y en la última marcha dijeron representar a las mayorías, nadie entiende ellos realmente a quien representan. Porque tuvieron varios precandidatos en las pasadas elecciones presidenciales, después un candidato derrotado en primera vuelta y al final cambiaron por otro que quedó de segundo y que renuncio a representarlos como Senador. Ese sí era el verdadero vocero de la oposición. Pero hoy esa cúpula que dice ser portavoz de la oposición está desarticulada en los diferentes partidos que tienen representación en el Congreso, cada uno con intereses políticos económicos y sociales diferentes. ¿Con quien habla entonces el gobierno?: con los dueños de los medios de comunicación,  con los Congresistas, con los empresarios, con los jefes de los partidos, con los contratistas, con los delegatarios transitorios de recursos públicos o con el pueblo que se expresa por derechos de petición todos los días solicitando reivindicaciones negadas por esa derecha durante 2 siglos y que hoy pide diálogo? ¿Por qué hoy sí hay que dialogar con la oposición cuando en toda la historia republicana del pais negaron el diálogo y los derechos humanos a quienes pensaran diferente? Lo primero que hay que aclarar es a quienes representan para que el gobierno abra los espacios que ellos nunca dejaron libres para otras opciones ideológicas.

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