En los países hay de todo: grandes ciudadanos, ciudadanos que se aplican parcialmente a conocer el funcionamiento del Estado y ciudadanos que no participan en nada. Pero hay una especie de tales prototipos que cuando hablan cometen errores tales que confunden a muchos y a otros los dejan perplejos. Una de esas personas es el Señor Oscar Ramírez a quien no conozco que publica un video en redes manifestando desatinos presupuestales tan horrorosos como decir que “Petro le ha declarado la guerra los colombianos subiendo la gasolina”, lo cual muestra que ignora por completo la hacienda pública. En efecto, uno de los principios de esa ciencia es el equilibrio pues los gastos deben ser iguales a los ingresos. Si un gobierno gasta más de lo que le pagan los ciudadanos por impuestos más las otras rentas por diferentes actividades, podemos decir que el pais está quebrado, a menos que tenga fuentes de financiación que se contraen mediante deuda pública. O sea créditos para pagar a plazos, como hacen los particulares. De lo contrario entra en incumplimiento, lo que es muy grave para la economía de la entidad nacional y de las empresas.
Un default financiero, es el impago de la deuda o suspensión de pagos, surge cuando una persona u organización no puede afrontar la cancelación de los intereses o del capital de una deuda cuando llega el vencimiento. Pues bien: Colombia es un pais endeudado. El Banco de la República reveló que la deuda externa de Colombia, a enero de 2023, se ubicó en USD187. 012 millones, lo que quiere decir que llegó a un nuevo máximo histórico. Pues bien el Ministro saliente de hacienda José Antonio Ocampo afirmó que el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que subsidia a todos los propietarios de vehículos, tiene un déficit de casi $30 billones. Es decir dicho fondo está quebrado. Por eso una manera de no llegar a una crisis fiscal en ese punto es subir el precio de la gasolina y el ACPM y reducir el subsidio.
Ahora bien, los políticos de la derecha que han gobernado a Colombia por más de 200 años manejan la administración pública consintiendo a los más pudientes. Por eso el subsidio a los combustibles es una mala decisión, mientras hay millones de personas en las ciudades y en el campo que “aguantan hambre”. La pregunta entonces es ¿cómo focalizamos esos recursos para que lleguen a los más pobres y eliminar la desigualdad? Respuesta: pues no subsidiando a los que tienen automotores como criterio general sino aplicando dichos dineros de manera más técnica. Nuestro anterior presidente Iván Duque y gobiernos anteriores de derecha no quisieron “darse la pela por los más pobres”, para mantener contentos a los ricos y a la clase media que tiene vehículos. Pero como estamos en un periodo presidencial de guerra contra la pobreza y el hambre, tales ingresos deben apropiarse para los más necesitados. El odio que están sembrando los políticos y amigos de la derecha y de sus privilegios, no los deja pensar y esparcen teoría falsas y noticias mentirosas para confundir al pueblo. ¡Si por lo menos dijeran la verdad!
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