SALUD Y SERVICIOS PÚBLICOS

Antes de 1991 eran pocas las empresas privadas que prestaban servicios de salud y servicios públicos. No eran negocio para nadie. Pero a partir de esa fecha empezaron a montar jugosas organizaciones con la salud y las necesidades de los pobres. En el primer caso, agravaron el valor de la búsqueda del bienestar cuyo objetivo es  mejorar la salud; y, en el segundo caso, los servicios públicos fueron adicionados con múltiples beneficios a favor de los prestadores, tanto, que hoy para millones de familias son impagables. Las pérdidas en promedio en los servicios públicos domiciliarios y en la energía son altos (entre 20 y 50% en algunos casos), pero los prestadores no se preocupan porque nosotros pagamos todo. Eso incluye los altos salarios de los ejecutivos, sus aviones, sus viajes, su bienestar e incluso aumentamos cada año sus utilidades sin que ni siquiera el 50% de ellas se reinviertan en el mejoramiento del servicio. Una auditoria integral a sus contabilidades demostraría los jugosos ingresos que obtienen con perjuicio de los usuarios.

La creación de las comisiones de regulación que tenían como finalidad garantizar la competencia y la defensa de los derechos de los usuarios, de acuerdo con lo previsto en la Ley se han encargado de construir unos monstruos empresariales manejados por pocas personas que usufructúan los beneficios de pago de 50 millones de personas, amarradas a las políticas que las comisiones determinan, no a favor de los usuarios sino de los prestadores de los servicios. Ellos cambian los contadores cuando les viene en gana, suben las tarifas teniendo en cuenta sus gastos totales, no importa que muchos de ellos sean suntuarios y no se vela por el mejoramiento del servicio porque hay zonas que ni siquiera lo disfrutan. Por eso sus inversionistas le temen a la democratización que anunció el Presidente Petro. Y hablan de caos si les llegan a quitar su riqueza con la cual explotan al consumidor. El Presidente Petro quiere “que la gente pueda ser la propietaria, la dueña del país y, en ese camino, la gente tiene una diversidad, indudablemente”.

Y en el tema de salud los medios que defienden la posición de los inversionistas nunca preguntan por la corrupción en el sistema, pero sí abundan en explicar las bondades de las EPS que todos sabemos son unos simples intermediarios financieros, que han facilitado la desviación de billonarios recursos según los procesos que cursan en la Fiscalía. El escándalo más reciente es el de Cafesalud, cuyo expresidente desvió millonarios recursos y se apropió de otros tantos. Igual pasó con SaludCoop, mientras los enfermos de cáncer y otras graves enfermedades no recibían los medicamentos necesarios para salvar sus vidas. Muchos afiliados al sistema hemos pagado millones en salud y no hemos recibido ningún beneficio. Por eso necesitamos cambios profundos en dos sectores en grave crisis que el gobierno actual  tiene que afrontar por la desidia de los mandatarios de derecha.

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