El Presidente Petro lleva apenas 4 meses en el cargo y ha provocado una revolución en todos los estamentos institucionales, por los cambios de fondo en muchas dependencias nacionales y, además, por el descubrimiento de comportamientos corruptos en áreas donde todos los colombianos creían que imperaba la honestidad. En otros campos ofrece que habrá transformaciones sustanciales que se irán concretando con el paso de los días, pero muchas de ellas se verán cuando termine el primer año de mandato especialmente en las inversiones que se harán con lo obtenido con las políticas de austeridad y la aplicación de los dineros de la reforma tributaria.
Desde los primeros actos de gobierno y aún hoy sigue exigiendo a los servidores designados que deben ser eficientes y eficaces cumpliendo los objetivos misionales y operativos de todos las dependencias que les ha encargado dirigir. El Presidente Petro ha insistido en que “Nosotros no podemos permitir que los niños mueran de hambre en Colombia. Cualquier funcionario que no logre el objetivo se tiene que ir”. Y asì debería ser siempre con un seguimiento a cronogramas bien diseñados e interventorías gubernamentales serias. En el cumplimiento de los deberes funcionales hay mucho de objetividad. Las evaluaciones no son subjetivas.
También ha sido enfático el Presidente Petro en que las inversiones en grandes obras de infraestructura equivale a “tirarse un poco la plata”. Colombia es un estado social de derecho y, por tanto, la prioridad es la inversión social hasta cuando superemos los niveles de pobreza. Los compromisos de lograr altos niveles de desarrollo deben ser programados a tres décadas para diseñar planes de desarrollo donde toda la fuerza laboral se oriente a los más altos niveles de producción y productividad. Por ello la distribución territorial del gasto social debe tener en cuenta el número de personas con necesidades básicas insatisfechas, entre otros criterios, y que el presupuesto de inversión no puede disminuir porcentualmente con relación al año anterior respecto del gasto total de la correspondiente ley de apropiaciones.
Finalmente el Presidente Gustavo Petro ha insistido en no tolerar la corrupción y en develar los actos que atenten contra la moral pública. Es importante significar que combatir la corrupción le ahorra al país pérdidas en dineros públicos de por los menos $50 billones anuales, cálculo publicitado por los organismos de control. Las investigaciones de la Fiscalía General demuestran que hay mucho delito alrededor de la contratación y del uso inadecuado de dineros públicos. El país sigue su marcha con prisa y sin pausa por el bienestar de todos los colombianos.
Se el primero en Comentar