PARTIDOS DE GOBIERNO

El ciudadano César Julio Gutiérrez Ochoa, escribió para el diario El Colombiano, una nota publicada el día 7 de diciembre del año en curso, y que titula: Los votantes a Petro: “Miénteme más”, como en el bolero. Dice la nota entre otras cosas: “Con Gustavo Petro pasa una cosa particular, y es que hizo una oposición tan larga, tan inquisidora y moralista, que pueden encontrarse críticas suyas en todos los temas, contra todos los gobernantes, y cubriendo todo un espectro que nadie sabía cómo iba a controlar cuando ya fuera presidente. Pero lo particular es que a pesar de que se sacan sus contradicciones con las declaraciones del pasado, nada le pasa. No hay ni una sola consecuencia. Criticaba ferozmente el clientelismo, la “mermelada”, y ahora es su mayor promotor. Fustigaba la diplomacia de compadres y negociados, y ahora es su más entusiasta ejecutor. Censuraba las componendas politiqueras para aceitar la gobernabilidad, y ahora es el nuevo mejor amigo y aliado de los manzanillos. Condenaba la toma de todas las instancias de poder por parte del gobierno de turno, y hoy se afana en que sus compinches tengan bien controladas las cuerdas del mando y de las contrataciones”.

Parece que el Señor Gutiérrez Ochoa, ignora el contenido de la Ley 1909 de 2018, conocida como “Estatuto de la Oposición”, que regula las diferentes posiciones que pueden tomar los partidos una vez el posesiona el nuevo gobierno. El artículo 6º expresa: “ARTÍCULO  6. Declaración política. Dentro del mes siguiente al inicio del Gobierno, so pena de considerarse falta al régimen contenido en la Ley 1475 de 2011 y ser sancionadas de oficio por la Autoridad Electoral, las organizaciones políticas deberán optar por: 1. Declararse en oposición. 2. Declararse independiente. 3. Declararse organización de gobierno.” Ahora bien, los partidos que acompañan al Presidente Gustavo Petro se declararon de gobierno, por tanto tienen derecho a participar en los cargos del Ejecutivo de acuerdo con la discrecionalidad que la Constitución le otorga al Jefe de Estado, de Gobierno y Suprema autoridad administrativa. Es, por tanto, un derecho el que ellos integren el gobierno y ejecuten políticas del programa ofrecido a los electores por el ganador. No puede hablarse de mermelada. Ello sería así, si se les dieran puestos a los partidos de oposición para que voten uno u otro proyecto de acto legislativo o ley.

El ciudadano tampoco conoce la forma como se gobierna en Colombia, pues para aprobar proyectos de acto legislativo o ley es necesario tener unas mayorías, que se logran mediante el consenso. Y la coalición gobernante lo está haciendo dentro de las pautas marcadas por el programa del Jefe del Estado, pero teniendo en cuenta observaciones de los aliados. No se puede gobernar contra la mayorías y son ellas las que determinan el rumbo de una Nación. El escrito es fogoso, pero errático, pues se pone fuera de contexto del orden constitucional y legal que rige a la República de Colombia. Criticar al mandatario nacional porque actúa mediante el cumplimiento de acuerdos basados en la ley es un contrasentido. Recordemos que Colombia es un Estado social de derecho, con prevalencia de su Constitución que es norma de normas. Un poco de lectura de ese texto y de las jurisprudencias de la Corte Constitucional le darán al crítico más luces sobre la marcha de nuestra democracia.

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