PAZ TERRITORIAL

Nadie se explica por qué la derecha sigue insistiendo en que hay desorden institucional y pocos éxitos del Presidente Petro, cuando son muchas las hazañas que se han completado en menos de 100 días. Empecemos por el acuerdo político que le dio la gobernabilidad: con este consenso se ha logrado la aprobación de cuatro grandes cambios, el primero, las modificaciones al proyecto de presupuesto dejado por Duque; el segundo, la reforma tributaria; el tercero, la ley de “paz total”; y el último el Acuerdo de Escazú. Por esos logros ya Petro está consagrado como un gobernante de grandes resultados y, además, no ha expropiado a nadie, ni ha provocado una catástrofe: el pais sigue su rumbo.

Pero hay que insistir, si el Uribismo hubiera seguido en el poder, la fuerza pública estaría manipulada por los efectos políticos de un gobierno que cree que el orden en la superficie del planeta se logra con las armas. Pero lo que demuestran las guerras que subsisten en todo el mundo es que la mayoría de los seres vivientes prefiere la paz a la guerra y menos cuando se registran tantos muertos, desplazamientos y abandono de hogares. Y no contemos el hambre que padecen más de 1.500 millones de personas que por diferentes causas no tienen alimentos para sobrevivir. Hay que desaprender del pasado, pues el acuerdo de paz con las extintas “farc”, ha bajado la violencia en Colombia y los desplazados son en mayor número ciudadanos de otros países. Recordemos la canción: “la guerra es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente”.

La fuerza pública cumple funciones esenciales. “La misión de la policía está encaminada a contribuir con la satisfacción de las necesidades de seguridad y tranquilidad públicas, mediante un efectivo servicio fundamentado en la prevención, investigación y control de delitos y contravenciones, coadyuvando a garantizar las condiciones necesarias para que los habitantes dentro de su jurisdicción puedan ejercer sus derechos y libertades públicas”. Y las fuerzas militares tienen como finalidad la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio y del orden constitucional. (Arts. 217 y 218 Constitución). Dos parámetros diferentes si nos atenemos a las normas superiores de la Carta. El manoseo de la integridad de la fuerza pública por algunos partidos está por fuera del derecho. Ellas se deben a todos los colombianos.

Pero en las próximas elecciones veremos a exgenerales y excoroneles, en uso de buen retiro, con sus medallas y reconocimientos buscar un cupo en la política como venganza porque los sacaron del servicio. Todo como consecuencia de las malas prácticas a que los acostumbraron los gobiernos de la derecha, que consideran que la estabilidad está en un fusil o en una tanqueta, y no en el fortalecimiento de las instituciones y el ejercicio de las libertades. Veremos cuantos votos sacan porque los que tuvieron el control de policías y soldados creen que es tan fácil hacer política como mandar un batallón o una escuadra con los soles y las estrellas encima.

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