Según datos demográficos Brasil tiene 213.993.441 habitantes, y una superficie de 8.515.770 km2. Uno de los 10 países grandes del mundo. Sus habitantes perciben que hay mucha corrupción al interior del gobierno. Marca el puesto 38 en el ranking mundial, por lo que una de las tareas del presidente electo es demostrar que atacará de frente a los corruptos. Sus líneas de exportación están marcadas por la soya triturada; minerales de hierro; óleos brutos de petróleos; azúcar de caña; grasas y residuos de la extracción de aceite de soya; carne de pollo; café; carne de ganado, celulosa; maíz y aviones.
Uno de los asesores económicos de Lula expresó que “La pobreza ha aumentado, por lo que probablemente será necesario en el corto plazo aumentar las transferencias de dinero” a los pobres y para que esta expansión fiscal sea compatible con la estabilidad de la economía, tiene que entrar en un marco fiscal más amplio y como parte de una estrategia que pueda aumentar la deuda pública en el corto plazo, pero estabilizarla más adelante”. La situación no estará fácil para el gobierno que comenzará en enero del 2023. Seguramente Brasil tendrá también una reforma tributaria como la colombiana, poniendo a pagar impuestos a los que más tienen y a las empresas de extracción de minerales e hidrocarburos. Se estima que el crecimiento será de un 2.5% del PIB. Las transferencias del gobierno a los más pobres se estiman en US$11.080 millones.
Lula apuntó en su programa que “Petrobras volverá a ser una empresa energética integrada que invierta en exploración, producción, refinación y distribución, pero también que actúe en los segmentos que se conectan a la transición ecológica y energética, como gas, fertilizantes, biocombustibles y energías renovables”, dice el proyecto político del PT, que lideró el candidato de izquierda”. Lula, además ofreció un pais sin hambre, donde nunca falte la comida en la mesa. El reto para Lula y quienes lo apoyaron es grande, porque requiere un gobierno serio que trabaje con disciplina y orden. Fueron unas elecciones polarizadas y el ganador encuentra un pais con graves retrocesos institucionales dejados por el presidente derrotado. Pero Lula promete un pais con democracia, sin armas, en paz y unidad. Un programa que desafiará a la media ciudadana que no votó por la alianza triunfadora. Lula no puede equivocarse, tiene la experiencia y la sabiduría de los años para ser ejemplo en América y el mundo.
Se el primero en Comentar