INUNDADOS EN COCA

El 21 de octubre del 2022, los medios de comunicación publicaron un informe de la ONU donde advertía que “con 204.000 hectáreas de hoja de coca sembradas en todo el país, la ONU estableció que Colombia llegó a un máximo histórico que no había registrado ese organismo durante las últimas dos décadas. Con ese dato, la nación tiene, incluso, más coca que en la década de los 2000 –cuando paramilitares y guerrillas se disputaban el control de los narco cultivos a la vista de todo el mundo– y se sigue perpetuando como el mayor productor de cocaína en el globo.

El dato, que fue revelado el jueves 20 de octubre  en el informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, se asemejó al reporte de la Casa Blanca, que contabilizó 234.000 hectáreas de coca el año pasado. Herencia del gobierno anterior que con la inflación se convierten en los flagelos que, unidos a los altos niveles de corrupción, constituyen un triángulo de malos augurios para cualquier gobierno en el poder.

Por su parte la Fiscalía anunció que en dos años de administración del Dr. Francisco Barbosa se han incautado bienes por valor de $22 billones. Una cifra no despreciable si se tiene en cuenta el corto periodo de tiempo anotado. Parte del crecimiento de la economía se debe a los dineros calientes que circulan en muchas actividades del pais. Por esta razón y por la pérdida de vidas de personas inocentes el Presidente Petro se ha empeñado en lograr las paz total, sobre cuyo anhelo dijo en el Consejo de Seguridad de la ONU el embajador de Brasil:  “si el Consejo es importante para Colombia, Colombia también es importante para el Consejo de Seguridad de la ONU”. El embajador aprovechó la oportunidad para felicitar al gobierno y al pueblo colombiano por sus esfuerzos para encontrar y consolidar un camino de paz y de prosperidad. “Esperamos que el nuevo gobierno siga adelante y profundice ese proceso. Confiamos en la disposición y el ingenio del pueblo colombiano para seguir avanzando”.

No es malo, entonces, que de conformidad con el programa del entonces candidato y hoy Presidente Gustavo Petro se ahonde en las políticas y programas de cumplimiento del Acuerdo Final de paz, como parte de los procesos de diálogo político y judicial para el desmantelamiento pacífico del multicrimen en manos de organizaciones armadas. Además, plantó a la mujer como centro de esos proyectos de vida expresando: “reconocerán a las mujeres como agentes fundamentales en la transformación del campo y el mundo rural, así como el derecho a la ciudad en la vía de mitigación y adaptación al  cambio climático y la protección de la biodiversidad”. La oposición debería ayudar a ejecutar ese cambio profundo y no alegrarse de cualquier presunto fracaso del gobierno, como lo está demostrando.

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