SI HAY CAMBIOS

El nuevo gobierno encabezado por Gustavo Petro ha renovado los instrumentos del poder. Hay más trasparencia en la designación de Ministros y Jefes de entidades descentralizadas, en la medida que los partidos de gobierno postulan sus candidatos y el Presidente y su Ministro son los que escogen tal como siempre debió ser. Antes quienes postulaban eran los Congresistas. Varias designaciones como las que se hicieron en Defensa y en la parte de seguridad nacional han producido reacciones airadas de la derecha colombiana, lo que quiere decir que allí se vio reflejado un poder nuevo, que los antiguos mandatarios jamás quisieron enfrentar. Los cambios en la cúpula de la fuerza pública son otro ejemplo de que cuando muchos oficiales pensaron que jamás llegarían a los principales comandos de su institución se les apareció la estrella. Igual ha pasado con las comunidades afrodescendientes, LGBTI+ y otros grupos minoritarios antes discriminados que avanzaron bastante. Pero la más notorio es el trato igual a la mujer en Ministerios.

La llegada de una indígena a la ONU es otra palmada a la gran oligarquía del pais que creían que esos puestos estaban destinados únicamente para ellos, sus hijos y sobrinos. Criticaron que la embajadora indígena no hablaba el inglés, pero en ese organismo internacional se habla el árabe, el chino, el inglés, el francés, el ruso y el español. Es decir, la idea de algunos privilegiados es que para ser persona o para relacionarse con los demás el funcionario tiene que ser bilingüe o trilingüe. Entonces, ¿por qué no les exigimos a todos los Presidentes, primeros ministros y diplomáticos que nos visitan, o a los turistas que hablen el español como lo hablamos nosotros o como se habla en la España moderna? Entonces, ¿para qué son los intérpretes? ¿No ayudan ellos a la comunicación como se hacia entre los nativos y los conquistadores?

Y habrá muchos remezones en las entidades descentralizadas, pues allí tuvieron personas durante 20 años que salieron con jugosas jubilaciones dirigiendo empresas estatales bajo la sombrilla de un destacado jefe político y natural del hoy partido de oposición. Pero de eso nadie se quejaba, porque los personajes estaban allí siguiendo órdenes de respetar el capital y aumentar las ganancias de empresarios y grandes comerciantes, mientras los colombianos pobres suplicaban por mejoras en sus salarios y en los dividendos que pagaban por las acciones desvalorizadas intencionalmente por los directores de los grupos económicos de Colombia. Muchos cambios de fondo se han generado en un mes de gobierno y vendrán otros que seguramente dejarán con la boca abierta a muchos dirigentes de la derecha obstinada que pensaba que el cambio de ideología no era más que un aspavientos del pueblo que votó en las elecciones del 2022. Jamás creyeron que la mayoría del Congreso apoyaría esas innovaciones.

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