Todos hemos nacido de mujeres. Y no puede negarse que el 99% de ellas jamás abandonan a sus hijos y que los aman desde el nacimiento hasta la muerte. Han sufrido la discriminación desde los primeros tiempos de la civilización. La mayoría han permanecido a la sombra de sus esposos. Solamente algunas han descollado porque se rebelaron contra las costumbres establecidas y sobresalieron por su inteligencia y arrojo. Hoy, millones de ellas en el mundo tienen profesiones y niveles educativos iguales o superiores a los de los hombres y son investigadoras y científicas de calidad.
Colombia ha tenido la desgracia de no reconocer la intelectualidad femenina. Incluso en el anterior gobierno declararon en primera instancia la nulidad de tres nombramientos del expresidente Duque por no respetar las normas sobre igualdad de género. Ya una de esas decisiones fue confirmada por el Consejo de Estado, lo que quiere decir que hubo violación flagrante del derecho de todas las mujeres por la ignorancia de un mandatario que desconoció la ley o porque deseaba abiertamente ponerse contra la norma. Y qué tal los tres (3) nombramientos de última hora del gobierno Duque de los comisionados de la CREG sin que ninguno de ellos reuniera criterios de experticia en el sector energético, donde sí se necesitan esas virtudes científicas y técnicas.
El actual gobierno, por el contrario ha dado a las mujeres niveles de participación nunca vistos. Esa sola conducta del Presidente debería llenar de reconocimientos su gestión. Pero contrario a toda lógica, algunos medios de derecha se han dado a la tarea de buscar enfrentamientos entre el Presidente Petro y su Vicepresidenta Francia Márquez generando peleas y refriegas donde no existen. Solo por crear un mal ambiente en las altas esferas del gobierno. Los afrodescendientes tienen que estar orgullosos de haber llegado con una representante de su etnia a esas altas dignidades. Además, tienen a otro adalid de su raza en la Embajada de Estados Unidos.
El otro frente de ataque hacia las mujeres en el poder viene contra la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez a quien le achacan falta de conocimiento para llegar a ese cargo. Pero ella cumple lo que dice la Constitución en el artículo 207: “Para ser ministro se requieren las mismas calidades que para ser Representante a la Cámara” y el artículo 177 expresa: “para ser representante a la Cámara se requiere ser ciudadano en ejercicio y tener más de 25 años de edad.” Los articulistas mal intencionados pretenden modificar la Constitución con un documento periodístico que muestra la envidia y el encono contra alguien que llegó a tan alta posición. Tanto la Vicepresidenta como la Ministra cumplen los requisitos mínimos de los cargos que ostentan. Lo importante no es el número de equivocaciones que cometen, sino el resultado final de su gestión. Pero es bueno que sepan que los Secretarios generales y los Asesores jurídicos son piezas fundamentales de toda dependencia pública y que esas personas deben ser de la absoluta confianza del superior si quieren tener éxito. Ahora, antes de hablar prepararse, y antes de asistir a un debate leer la normas contenidas en la Ley 5ª de 1992 que contiene el reglamento del Congreso. No sobra saber la técnica legislativa y congresional como complemento de las funciones del cargo.
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