La oposición no cesa en sus ataques. Ahora creen que las decisiones tomadas por el Presidente Petro frente a la fuerza pública minarán la seguridad del pais y no permitirán que los experimentados generales que salieron por efectos que produce la antigüedad en las tropas, no prestarán un servicio a la inteligencia y al bienestar ciudadano. Ya sabemos que toda escoba nueva barre bien y que las decisiones del actual presidente, incluyendo el reparto de cargos ministeriales y otras posiciones a los partidos que lo apoyaron o se declararon partidos de gobierno han sido aceptadas por la mayoría de los colombianos, en más del 50% por ciento. En ciertas ciudades la aceptación de las decisiones sube hasta 56%. Las mediciones que demuestran intolerancia hacia el nuevo gobierno están muy bajitas.
El Presidente sabe que las decisiones de estos cuatro años son claves para ganar la próxima presidencia, en una campaña que será más difícil que la pasada que lo llevó al triunfo. Tendrá que poner en el gobierno a una persona de cualidades especiales, que se gane el cariño popular como hizo él mismo, manteniéndose en contacto con las regiones. Y, por sobre todas las cosas, no permitir actos de corrupción en ningún nivel de la administración pública. La inversión honesta de los recursos del erario darán el triunfo a quien él señale (como hacía Uribe) y participe de la campaña con objetivos específicos de seguir sirviendo a las clases populares de Colombia.
La oposición no consiste solamente en criticar sino, además, en mostrar inteligencia, buen juicio, ingenio, coherencia, capacidad de mando y mucha empatía con los líderes de las etnias, de los colectivos, de los sindicatos, de las organizaciones sociales que movieron en 2022 una cantidad de votos suficientes para que nadie dudara de la victoria. La Constitución es clara: el Presidente de la República es Jefe de Estado, jefe de Gobierno y suprema autoridad administrativa (Art. 189 CN) En su investidura están depositadas todas las competencias necesarias para dirigir la organización administrativa y la economía del pais. Por eso no se puede equivocar. En sus comportamientos está la base de las actuaciones de sus subalternos. Un gobierno que no deja robar ni el más mínimo centavo será soporte para dos o tres gobiernos más de la coalición de partidos en el poder llamada Pacto Histórico. Pero también será esencial la unidad. Que la soberbia y la codicia no aparezca en los dirigentes del Pacto hoy favorecidos por los electores, pues el pueblo así como da también quita.
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