TRANSFORMACION ETICA

En documento de la Universidad Externado de Colombia encontramos la siguiente información.: “En 1995, primer año que Transparencia International realizó la medición sobre percepción de la corrupción, Colombia obtuvo una calificación de 34 sobre 100. (100 es la no percepción de corrupción). En el reporte del año 2016, Colombia figuró con una calificación de 37 sobre 100. En 2021 obtuvo 39/100. Han transcurrido veinte años en los que no ha cambiado significativamente su posición… La Dirección de Regalías del Departamento Nacional de Planeación reportó en 2010 a los órganos de control 21.681 irregularidades en la ejecución de los recursos entre 2005 y 2010. Y según Maldonado, en 2009 se reportaron casos de funcionarios corruptos en 750 entidades territoriales, con un detrimento de cuatro billones de pesos en regalías… En Colombia, en particular, la corrupción entre 1991 y 2011 le costó al país más de $189 billones, lo que equivale al 4% del PIB. Al menos el 30% de estos hechos de corrupción se generan en los trámites que día a día realizan los colombianos (Comisión Nacional Ciudadana, 2014).( https://dernegocios.uexternado.edu.co/).

“La práctica del soborno parece tan arraigada en Colombia que según la Cuarta Encuesta Nacional Sobre Prácticas Contra el Soborno en Empresas Colombianas el 91% de los empresarios participantes consideran que secretamente se ofrecen dádivas para obtener contratos y, según la misma encuesta, los montos pueden alcanzar en promedio el 17.3% del valor del contrato, representando la cruda realidad que el 58% de los empresarios encuestados afirman que “si no se pagan sobornos se pierden negocios” (Universidad Externado de Colombia, 2014)”. (Ídem, fuente). Hoy la Contraloría sostiene que se pierden $50 billones anuales en corrupción.

La realidad en la que vivimos y los antecedentes de nuestra historia republicana indican que con la derecha en el poder nada ha cambiado, que necesitamos una transformación extrema de las costumbres y de la ética pública. Pues la Patria no aguanta un escándalo más. La primera regla de los Congresos que se instalan en cada periodo legislativo de cuatro años debería ser revisar las normas sobre contratación con base en los estudios sobre corrupción y moral pública que se escriban en el periodo anterior y así sucesivamente. Luego, hacer un seguimiento con controles políticos estrictos para que nadie que esté procesado por ese tipo de delitos pueda ser nombrado, en los próximos dos gobiernos. Así es posible que se les quite a los ladrones el vicio de defalcar el erario público. Si no se adoptan decisiones drásticas y de fondo nada mejorará. La idea es que la alternación en el poder muestre que unos gobiernan mejor que los otros y no peor. Lo malos no deben regresar al poder nunca más. Si las cifras estimadas indican que cada año, el país pierde 50 billones de pesos por actos corruptos lo que serviría para construir más de un millón de casas de interés social, estamos perdiendo la oportunidad de conjurar para siempre el déficit de vivienda en Colombia. ¿Y cuánto dinero se ha recuperado por los organismos de control?  Por los resultados, parece que hay que eliminarlos porque no sirven para nada.

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