OFRECIENDO PUESTOS

Los Estados funcionan a través de los gobiernos y en los diferentes países hay distintas formas de gobernar desde el poder. A veces con Presidentes, otras con Primeros Ministros y en algunos casos especiales con Juntas de Gobierno plurales ideológicamente. Uno podría decir que en teoría constitucional se ha ensayado de todo, pero que lo importante no es la forma sino el resultado. Uno o varios pueden ser igualmente eficientes o no y entre más ojos seguramente menor será la corrupción. Alguien de principios morales incuestionables saldrá a contar la verdad algún día. Por eso la entrega de puestos en el poder debe ser transparente. Los nominadores deberían estar obligados por norma legal a indicar a quien representa la persona designada en los cargos de libre nombramiento y remoción; de esa manera el pueblo podrá exigir responsabilidades al gobernante y a quien lo recomendó. Hoy el estilo es recomendar y esconderse. Los partidos lo hacen; todos los días se arrodillan por un cargo en la burocracia y cuando el sujeto falla niegan la postulación. Eso es deshonra para el partido y para el servidor que entró por el poder de un grupo político o de una persona.

El gobernante está obligado a ser claro desde el punto de vista normativo y político que ningún pariente de Congresista, Diputado o Concejal,  pueda llegar a cargos administrativos salvo aquellos que se obtienen mediante concurso de méritos, basados en criterios imparciales y objetivos. Los compadrazgos entre gobierno y rama legislativa son funestos para la democracia porque se fundan en favores y no en las reglas del juego limpio. Los primeros en salir beneficiados con cargos de jugosos salarios son los parientes cercanos de los congresistas, diputados y concejales. Hoy también vemos parientes de magistrados en puestos importantísimos de la Procuraduría, la Registraduría y la Administración nacional a cambio de prebendas por decisiones extrañas en ciertos asuntos judiciales. Casos hay en los que las pruebas sustanciales no se practican o el servidor de la rama las interpreta favoreciendo al nominador de un pariente, o deja prescribir la investigación. Esa linea también hay que romperla y jugar todos con la imparcialidad. Si acabamos con el trato de favor hacia familiares o socios, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos,  estaremos luchando activamente contra el tráfico de influencias, el nepotismo y otras formas de corrupción política.

Nuestros partidos son magísteres en lagartería de puestos y en colocar personas ineptas en cargos de alto nivel, para lo cual hacen modificar los requisitos mínimos para acceder al empleo, o las reglas de juego de las convocatorias o concursos, para que quien finalmente salga escogido sea el personaje de sus afectos. A nadie le importa el actor si quien llega a una posición del Estado lo hace bien, con adecuadas competencias laborales y honradez. Lo que enerva los ánimos del pueblo es que lleguen al servicio público incompetentes y ladrones, que solamente satisfacen intereses particulares y no los generales del pueblo.

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