EMPRESARIOS POLITIQUEROS

Los patronos ya saben que no pueden presionar a los trabajadores para que voten por determinado candidato por ser contrario a las normas laborales, a las disposiciones penales y a la libertad para escoger democráticamente a los gobernantes. Como el candidato del pacto histórico ha puesto vigilantes en todos los partidos y campañas parece que algunos financiadores han cerrado sus puertas porque tienen miedo de que esta vez, después del escándalo de Aida Merlano, la casa Char y los Gerlein, sí terminarán procesados y en la cárcel, con perjuicio para sus importantes negocios.

Solamente esas vinculaciones delictivas los pondrían fuera de las relaciones con la contratación pública. Y eso para ellos es la muerte financiera, en la medida que el Estado contrata casi el 50% del presupuesto en infraestructura y suministros. Esa es una tajada que nadie se quiere perder. El artículo 8º literal j) de la Ley 80 de 1993, modificado por varias normas posteriores, excluye a los responsables de la comisión de delitos de la posibilidad de participar en licitaciones y  celebrar contratos con entidades estatales. Igual pasa con algunos aportantes a campañas. Por eso si dejan huellas en las contabilidades o escriben cartas a los electores señalando por quien se debe votar o dejando veladamente la presión, pueden resultar muy perjudicados.

El artículo 387 del código penal castiga con pena de entre 4 y 9 años y multa hasta de 200 salarios mínimos legales mensuales a quien amenace o presione por cualquier medio a un ciudadano con el fin de obtener apoyo o votación por determinado candidato. Igual pasa con la mal llamada cláusula Petro que algunos supuestos juristas introdujeron en los contratos para que los indemnicen si gana el candidato del pacto histórico. Esa conducta es delito al tenor del artículo 390 del código penal, modificado por la Ley 1864 de 2017 artículo 6º. Mucho cuidado entonces señores empresarios pues por querer ayudar al candidato de la derecha y del gobierno terminen enredados judicialmente y hasta pierdan sus negocios por hacer politiquería por fuera de la Ley. La democracia es la voluntad de las mayorías y si estas se pronuncian a favor del pacto histórico la decisión debe ser acatada pues deben saber que hay que “respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios” según la Constitución.  (Art.95 numeral 1º). Por otra parte los trabajadores saben que el voto es secreto y que no tienen obligación de revelar el sentido del mismo. (Artículo 190 ídem)

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