REVISAR CONTRATOS

Una de las facultades que tienen las administraciones nuevas es verificar mediante mecanismos de auditoria si los contratos fueron adjudicados y se están ejecutando de conformidad con la ley y las cláusulas de los convenios respectivos. Es preciso puntualizar si el equilibrio económico de los contratos se está cumpliendo y que no haya recursos que se estén yendo a los bolsillos de los contratistas sin causa justificada. Ese equilibrio hay que restablecerlo de manera inmediata si se ha roto en perjuicio del Estado.

Los miles de escándalos que durante las últimas administraciones se han publicado por los medios de comunicación dan pie para que comisiones de todos los Ministerios y dependencias oficiales del orden nacional, estén alertas e integren grupos de trabajo encargados de hacer esta confrontación si, como todos esperamos, hay un cambio de gobierno que, en verdad, esté dispuesto a luchar contra la corrupción y desenmascarar a los deshonestos, poniendo en conocimiento de las autoridades competentes las violaciones a la ley penal, fiscal y disciplinaria.

No se trata de una “cacería de brujas”, sino de darle tranquilidad al pueblo de que los recursos que se recaudan por los impuestos se estén gastando con fundamento en los principios de la función administrativa, detallados en el artículo 209 de la Carta Política. Por otra parte, el gobierno debe hacer eco a las investigaciones periodísticas, pues casi siempre se trata de minimizar cada escándalo con noticias estrafalarias que desvían la atención de la opinión pública.

Si gobierno y medios de comunicación trabajan de la mano es mucho lo que se va a avanzar los próximos cuatro años y de esa manera cumplir la oferta de hacer un buen gobierno que sea respaldado por el pueblo para que se convierta en una política de largo aliento para el bienestar de la patria. No es bueno que siempre estén gobernando los mismos, porque es necesario que con el ejercicio de la oposición se conozca si se están cumpliendo las promesas de campaña y que están consignadas en el plan de desarrollo. La alternación es sana y conveniente.

El pueblo no quiere más escándalos de corruptos administrando los bienes públicos o usándolos para ejecutar trabajos o tareas ajenas a los deberes funcionales. Cada que se descubre un entuerto moral, las bases de las sociedad se estremecen y la confianza de los ciudadanos en las instituciones decae más y más. Un nuevo gobierno traerá nuevas leyes y reformas que fijen controles más estrictos a las actividades de los servidores públicos que están para cumplir los mandatos populares y no para enriquecerse a base de triquiñuelas y coimas entregadas por debajo de la mesa. Hoy la corrupción es el primer problema nacional.

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