MULADARES PARA POBRES

El gobierno de un Estado debe velar, en primer lugar, por los derechos fundamentales y, en segundo lugar, por la infraestructura vial. Pero en Colombia está en el pedestal la construcción de carreteras y, después, en posiciones desventajosas el derecho a la vida, la salud, la educación y el trabajo. Los derechos fundamentales según la Corte deben ser aquellos elevados democráticamente al rango constitucional y que sean reclamados por personas que estén en condiciones de debilidad manifiesta. Por eso veamos cuatro derechos de los más violados por las autoridades y por el capitalismo de derecha en Colombia.

Derecho a la vida. En nuestra patria, como en el corrido, la vida no vale nada. La propia iglesia se aterra de las acciones violentas contra las personas y exclama “nos hemos acostumbrado al homicidio”. Las investigaciones también tienen niveles de importancia, como en el caso de Mauricio Leal, donde prevaleció la connotación de ser “peluquero de famosas”, como repitieron una y otra vez los medios. Bien por el resultado pues se encontró al responsable del atroz parricidio, pero esa eficiencia y eficacia no se ve en el caso de los lideres sociales y las personas del común, que para la Fiscalía todos son enfrentamientos entre bandas dedicadas al narcotráfico. Mientras tanto las familias lloran a sus muertos y claman por justicia negando los vínculos criminales de sus deudos. Más del 70% de los asesinatos se quedan en la impunidad.

Derecho a la salud. Miremos hacia el Chocó, Vaupés, Arauca, Amazonia, Putumayo, Nariño, San Andrés, solamente para establecer que hay estratos en temas de inversión en salud, que donde más se necesita nunca llega. Que el “paseo de la muerte” es un hecho notorio, que no requiere pruebas.  Los ricos no sufren por eso pues tienen tarjetas oro y diamante, para que los médicos se desplacen hasta sus viviendas y les atiendan sus enfermedades. Ser pobre es un grave riesgo. Los viejitos se quedan sin dientes porque los planes no cubren odontología.

Derecho a la educación. Niños, jóvenes y adolescentes, se quedan sin estudio, por falta de recursos de sus padres. Las aulas son insuficientes y mal atendidas por escaso material didáctico y por ausencia de tecnología para el aprendizaje. Las zonas rurales no tienen transporte. La comida del programa de alimentación escolar se la roban los contratistas, porque no dan lo que contratan con el Estado. La calidad de la educación secundaria pública ha bajado por falta de recursos y por eso estas personas no tienen acceso a buenas universidades.

Derecho al trabajo. Casi 7 millones de jóvenes están desempleados, buscando trabajo o inactivos. El Estado solamente contrata a quien tiene padrino, es decir, un concejal, diputado o congresista que lo apoye. El trabajo formal es de 6 millones aproximadamente. Y el 70% de los colombianos trabajan de manera informal. Es decir, al rebusque, sin que esa actividad les genere recursos para crecer socialmente y ahorrar. En los últimos 3 años han invertido en infraestructura más de 20 billones de pesos, mientras los derechos fundamentales siguen muy rezagados en inversión. Por eso los ricos defienden su derecho a tener más mientras el pueblo aguanta hambre y necesidades. Por eso tampoco ellos los dueños del capital,  quieren el cambio del statu quo.

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