En una democracia lo más importante son las elecciones y todo el aparato institucional que las acompaña. Si los servidores públicos presionan o se venden y los votantes se dejan corromper no existe democracia sino un sistema injusto donde el dinero vale más que la salud de la Patria. En muchas zonas del país triunfa el que más delitos cometa de aquellos que castigan las violaciones al ejercicio de los mecanismos de participación democrática. Eso nos llena de tristeza, porque ocurre como con el Covid19 y otras epidemias, que mientras todos no estemos cubiertos 100%, no podemos tener esperanza. Las mejores democracias del mundo son hoy según los estudios de los grupos de monitoreo sobre la existencia de democracias plenas: Noruega, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Islandia Dinamarca e Irlanda. Algunos de ellos según Transparencia Internacional registran los menores índices de corrupción entre ellos están Finlandia, Dinamarca y Nueva Zelanda. Puede verse, entonces, que la democracia y la pulcritud van de la mano.
Según la Corte Constitucional y la Corte Suprema es de la esencia de todo proceso sancionatorio probar y explicar en las providencias la conducta dolosa del autor o de los cómplices del delito. En materia penal: i) la conducta es dolosa, “cuando el agente conoce los hechos constitutivos de la infracción penal y quiere su realización. También será dolosa la conducta cuando la realización de la infracción penal haya sido prevista como probable y su no producción se deja librada al azar” (artículo 22 del C.P.), es decir, el delito es doloso cuando se actúa con la intención de causar un daño o de lesionar el bien jurídico tutelado por la ley”.
En el constreñimiento al sufragante deben existir amenazas o presiones; en el fraude al sufragante deben probarse las maniobras engañosas; en la corrupción al sufragante debe demostrarse la celebración del contrato, su perfeccionamiento o prórroga, la promesa, entrega o pago de dinero de dinero o dádiva o el ofrecimiento de beneficios para que se vote por determinado candidato, partido o corriente política, para que vote en blanco o se abstengan de hacerlo; y en el tráfico de votos, se penaliza al que ofrezca los votos de un grupo de ciudadanos por dinero o dádivas, para efectos de sufragar por determinado candidato, partido o corriente política.
También hay sanciones para los jurados por voto fraudulento, o por favorecerlo, permitiendo las suplantaciones en el momento de votar, o alterando los resultados electorales, o introduciendo tarjetas electorales de manera ilegal. Las anteriores conductas, se pagan con penas de prisión e inhabilidades de las cuales tendrán que arrepentirse cuando les llegue la sanción. Allí la familia termina involucrada con la sanción moral, pues las madres e hijos se verán sometidos al escarnio social. Por eso juguemos limpio, que nuestra conducta sea íntegra, recta y desinteresada, haciendo todo por la fortaleza de la democracia y el bienestar de nuestras familias. El 13 de Marzo 2022 definimos nuestro futuro y el porvenir de las generaciones porvenir. Hagamos un pacto por la vida y por la paz de Colombia. Recuerda elector que mientras aquellos que compraron tu voto van al Congreso, tú podrías ir a la cárcel.
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