IZQUIERDA Y DERECHA

Los resultados de las elecciones del 13 de marzo evidenciaron que en Colombia la opinión está dividida entre partidarios de la izquierda y partidarios de la derecha, con un avance sustantivo en las políticas sociales y libertarias, frente a los contradictores que desafían el cumplimiento de los acuerdos de paz y el respeto por los derechos humanos. Las nuevas evidencias muestran que la primera vuelta se definirá entre esas dos tendencias y que los partidos de centro llevarán una gran decepción a sus votantes. El problema está en que los electores ven las posiciones de centro como poco comprometidas  con los postulados de la Carta Política de 1991 y porque es en ella donde las mayorías van a encontrar una parte de la solución a sus problemas esenciales como el respeto por la vida, el cumplimiento de los compromisos del Estado con la salud, la educación y el empleo.

Si la encuestas se cumplen, como probaron su veracidad los resultados de INVAMER, las cifras más cercanas a los estudios de opinión, el candidato del Pacto Histórico ganará el forcejeo por la Presidencia de la República. Los sectores más vulnerables ya no creen en las promesas de los partidos tradicionales, ni en los actos de arrepentimiento de los Congresistas herederos de las castas políticas que han manejado el poder durante estas dos centurias. La votación mayoritaria en la Consulta y la mayoría evidenciada en la votación por el Senado y la Cámara de Representantes, dan a la izquierda un espaldarazo como nunca antes había tenido en la narrativa del país.

La definición del certamen será entre Federico Gutiérrez, escogido por la derecha abierta y sigilosamente, y Gustavo Petro Jefe de la Oposición al Gobierno Duque y adalid de los derechos sociales, económicos y culturales, incluyendo el derecho a la tierra y de los beneficios a la seguridad social que ofrece la Constitución vigente. Ya el primero sostuvo iniciales escarceos con el segundo, donde dejó ver que su discurso es repetitivo, parapetado en el odio y en las comparaciones con países donde por diferentes razones las políticas del Estado han tenido débiles realizaciones. Mientras el segundo esboza con fuerza el deseo de declarar la emergencia económica y social como primer acto de su gobierno, e ir avanzando en modificaciones al sistema pensional, de la propiedad de la tierra y de los aportes a las familias para que puedan sobrevivir en medio de la crisis económica del mundo moderno o sociedad postcovid. Ya veremos cómo sustentan sus discursos con cifras y propuestas más centradas en la razón que en el odio y el hostigamiento. Los votantes escogeremos al mejor en propuestas y al que más llene de esperanzas con cambios de fondo al pueblo colombiano.

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