DUQUE PROSELITISTA

Cada palabra que pronuncia el Presidente Duque atiza más la confrontación entre los colombianos, pues sus posturas de extrema derecha agitan el panorama nacional. Primero que nos diga qué cumplió de sus 203 promesas, de las cuales deja sin piso por lo menos el 80% del programa ofrecido, y luego que se dedique a gobernar los últimos días de su accidentado mandato, porque seguramente si gana la oposición le volverán trizas sus ejecutorias derechistas y retrógradas. Sus posturas guerreristas para lograr todo el apoyo de la fuerza pública, ha generado el repunte de la izquierda como puede verse en las encuestas, pues sus ataques a la paz y las violaciones a los derechos humanos se convirtieron en bumerang contra su propio partido y contra todos los que lo apoyaron.

La empresa cifras y conceptos ha entregado una medición con los siguientes resultados: “Según el documento, el 23 % de los colombianos se identifica en este momento como de izquierda, el 17 % como de derecha y el 60 % de centro. En comparación con la medición anterior, la izquierda está ganando terreno, mientras que a la derecha decae. Por el lado del espectro denominado como “centro”, la encuesta muestra una leve caída. Todo eso se le debe al mal gobierno de Duque y a su desconocimiento de las Sentencias de la Corte en materia de paz, derechos humanos y derechos sociales, económicos y culturales. Si hubiera estado más cerca del pueblo y hubiera unido a los colombianos en el cumplimiento de un gran objetivo nacional, en vez de estar actuando como segundón del partido de gobierno, las cosas serían diferentes para los partidos y movimientos que han apoyado sus exiguas ejecutorias. Saldrá como el peor Presidente de este siglo, y con igual fama su flojo equipo de Ministros y subalternos de primer nivel.

Al afirmar que lo dicho por un candidato expresando que su primer acto de gobierno seria declarar una emergencia económica es populismo y demagogia demuestra su poco bagaje constitucional. En efecto, una política pública desde el primer mes de gobierno basado en la eliminación de la pobreza es una de las mejores ideas y que seguramente el pueblo colombiano respaldará. Lo mismo puede hacerse con la declaratoria del estado de conmoción interior para terminar con los brotes de violencia en todas las regiones de Colombia, cualesquiera sean los actores por fuera de la ley. El Presidente puede hacer un acuerdo de paz adicional que termine con las masacres y las muertes de líderes sociales, de servidores de la fuerza pública y de inocentes ajenos al conflicto interno que sigue presente, después de la firma de los acuerdos de paz con las FARC-EP.

Ojalá los colombianos entiendan que este gobierno solamente gobernó para salvar el capitalismo rampante de nuestra sociedad, que tiene tasas de desempleo muy altas, de informalidad laboral, de precariedad en temas de salud, de educación mediocre y costosa, para que salga a las urnas a reclamar sus verdaderos derechos y a recibir del Estado oportunidades, protección y libertad, para seguir creciendo dentro de políticas económicas y sociales más justas.

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