MADRES O PROFESIONALES EXITOSAS

El debate del mundo moderno al que muchos no le ponen atención es la disyuntiva del sexo femenino de escoger entre ser madres o profesionales exitosas. Para nadie es un secreto la desigualdad laboral entre hombres y mujeres. “El salario medio anual de una mujer es un 22,17% más bajo que el de un hombre. La tasa de empleo en mujeres es del 44% mientras que la de los hombres es del 55,7%. Las tareas del hogar se reparten también de forma poco equitativa. En general, las mujeres dedican una media semanal de 20 horas a poner a punto su casa, mientras que los hombres solamente una media de 11 horas” https://blog.oxfamintermon.org/. No es de extrañar, entonces, que haya quejas acrecentadas de las mujeres y movimientos a favor de una verdadera igualdad. Pero para eso es necesario que las empresas entiendan que a las mujeres hay que darles garantías para que puedan prosperar y al mismo tiempo darles un cuidado de calidad a sus hijos, para que crezcan sanos y acrecienten sus inteligencias y sus capacidades motrices, hasta cuando puedan valerse por sí mismos. Se necesitan políticas públicas concretas para combatir estos fenómenos negativos.

Las profesiones hoy en día son más exigentes; la calidad en lo que hagamos en el empleo es clave para mantenerse en los puestos de trabajo y para los ascensos. Y eso sin tener en cuenta que para garantizar adecuadas competencias laborales el estudio debe ser continuado y de más nivel. Las empresas aprecian a las personas con maestrías y doctorados, no les pagan mucho, pero su nómina se vuelve apetecida y en algunos casos los ingresos aumentan. La pregunta que debemos hacernos es ¿puede la mujer ser madre y profesional exitosa, en un mundo marcado por la competencia y el afán de dinero para sostenerse en un determinado nivel de ingresos? La respuesta más cercana es no, porque en todas las situaciones que vivimos en el mundo moderno los márgenes de tiempo de descanso y unión familiar se reducen de manera catastrófica. De allí que las rupturas en las relaciones de familia sean frecuentes y las consecuencias para los padres y los hijos sean irreparables.

En China, por ejemplo, no quieren ver mujeres mayores de 28 años en estado de soltería: las llaman mujeres sobrantes. En otros países también estigmatizan a la mujer soltera, porque decide avanzar en la vida sin tener hijos. Pero nadie se preocupa por presionar a los sistemas económicos a que destinen más recursos para salvar la intimidad familiar que se está perdiendo por los altos costos de salir adelante en la vida. Sí es cierto, los animales de compañía se han convertido en un sustituto de los hijos, pero ello se debe a que las urgencias de unos y otros son diferentes. El mundo necesita de las madres para que se mantenga la población productiva, pero hay que dejarlas ser mujeres exitosas, porque de lo contrario el colapso generacional llegará a nuestras sociedades más temprano que tarde. Según la OCDE estos países son los que registran más mujeres solteras:  Irlanda, Australia, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, Canadá, España y Finlandia.

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