GUERRA ES MISERIA

Nada que aleje tanto la inversión y el turismo como la guerra. En medio de ella solamente quedan heridos, muertos, desplazados familias destruidas, secuestrados y abusos de las partes combatientes. Para 2018 el conflicto armado colombiano ha dejado 8’708.664 víctimas, según el Registro Único de Víctimas (RUV),​ de los cuales 2.365.997 son niños.Es una población equivalente a todos los residentes en la Capital de la República, Bogotá. Y ahora debemos disponer de ingentes recursos para indemnizar a  aquellos que resultaron afectados por el conflicto armado interno. No sé qué piensan quienes estando en el poder, con la competencia necesaria para hacer la paz, siguen insistiendo en que la guerra es el mejor camino. Pero no es así. Vemos cómo el Presidente Duque prometió que a Maduro, el Presidente en funciones de Venezuela, que sigue en su cargo, lo iban a sacar del puesto y no fueron capaces de moverlo del mismo a pesar de las presiones internacionales y los agravios constantes del ejecutivo colombiano. En cambio esa pelotera causó más de 5 millones de desplazados, dos millones de los cuales hoy están asentados en Colombia, esperando regresar a su patria. Y la ayuda internacional suficiente tampoco llega.

El Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia publicó en 2018 el informe “Una Guerra sin Edad” donde se asegura que 16.879 menores de edad fueron reclutados en el conflicto de 1960 a 2016 por grupos armados. (wikipedia.org). Es decir, victimas los niños y niñas, los adolescentes y los adultos. Toda una población con posibilidades de servir a su patria. Y tenemos además, el oscuro capítulo de los paramilitares y los falsos positivos, que aún no terminan con investigaciones y sanciones serias. Pero además, para 2022, según informe de la FAO, Colombia está en alto riesgo de sufrir una crisis de hambre. En realidad el informe solo constata lo que se vive a lo largo del territorio nacional, pues los ingresos de una economía informal que ronda el 60% de la población trabajadora no da para tener sobre la mesa tres (3) comidas al día y menos aquellas con suficientes proteínas, verduras, cereales y frutas, como recomiendan los especialistas para una alimentación saludable. Por otra parte el costo de los alimentos está por las nubes. Pero el gobierno Duque presiona para que los organismos internacionales callen lo que en Colombia es una verdad de Perogrullo.

Lo grave es que el estrato 6, donde vive apenas el 5% de la población total o ese 1% de superricos, solamente conocen la miseria que se presenta en las películas, y por eso rechazan los informes técnicos de los organismos internacionales sobre la crisis interna que padecemos aún después de firmada la paz con las Far-Ep. Colombia es el segundo país con más gasto militar en América Latina, calculado en 10.000 millones de dólares anuales.  Por eso nos aman los vendedores de armas y hasta los mercenarios. Si esa cifra la rebajáramos a la mitad y elimináramos la corrupción, con el sobrante podríamos darle anualmente mucha comida y apoyo a los más pobres, a quienes necesitan complementar su dieta alimentaria cada día o crecer como pequeños empresarios. Ponerse la mano en el corazón es actuar con compasión, ternura, misericordia y caridad, sentimientos que al parecer algunos de los que integran el grupo de “gente bien” han olvidado.

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