EDUCACION TRASNOCHADA

El partido de gobierno a través de su vocero más autorizado ataca a la Federación de Educadores (FECODE), porque los maestros según él adoctrinan a los niños con conocimientos que no hacen parte de su ideario político. Es una acusación que no se corresponde con los tiempos modernos, en la medida que el conocimiento y la información han evolucionado casi a la velocidad de la luz, cuando nosotros nos movemos por carreteras congestionadas. El conocimiento es poder, oración atribuida a sir Francis Bacon (1561-1626), que el pensador y filósofo inglés formuló originalmente en latín expresando “Scientia potentia est” . Sin embargo, Bacon desarrolló más ampliamente la noción de “ipsa scientia potentias est” (“La ciencia misma es el poder”). Y no es poco lo que representa la expresión, pues se ha demostrado que desde el renacimiento hasta nuestros días los iluminados marcaron un nuevo camino, pues el pasado estaba oscurecido por los mitos y los ritos que no dejaban fluir la ciencia.

La confusión generada por los nuevos descubrimientos y por la investigación llevaron a los historiadores a calificar la etapa que se inició en el siglo XVII y llegó hasta mediados del siglo XIX como el siglo de las luces. En este periodo los investigadores “se despojaron del pasado y las creencias antiguas para enfrentarse a las doctrinas tradicionalistas en la búsqueda de nuevos y lógicos raciocinios que dieran respuesta a los interrogantes de la humanidad”. Johann Heinrich Pestalozzi y Jean-Jacques Rousseau sentaron las bases de la pedagogía moderna, junto con otros pensadores del siglo XVIII. Ambos pusieron el foco en la evolución de las metodologías para la enseñanza del futuro. (Fuente: https://concepto.de/pedagogia/#ixzz7ILZfDJtM).

Ahora bien, si miramos la evolución de las ciencias del conocimiento en Colombia, los programas educativos han sido marcados por los partidos liberal y conservador, que se repartieron el poder desde los inicios de la República, en nombre de los partidarios de Bolívar y Santander. Los docentes no han tenido libertad para enseñar, ni han podido fijar un objetivo de crecimiento educativo que permita a profesores y alumnos avanzar de acuerdo con la modernidad. Al contrario, tanto los programas como los textos de estudio han sido manipulados por la clase política y social en el poder. ¿Cómo podemos hoy y en el futuro, por ejemplo,  no hablar de la violencia de los partidos, de las luchas entre gobiernos y guerrilleros, de los acuerdos de paz casi todos fallidos, de los falsos positivos, de la corrupción, de los responsables de tales actos ? ¿O solamente se puede hablar de nuestras exuberantes cordilleras, de nuestros ríos, de la flora y la fauna, de la clase empresarial que apoya al gobierno, de las vías contratadas por uno u otro gobernante, pero no de lo malo que ha ocurrido en nuestra patria?

Es ilógico pensar que a los niños no hay que hablarles de todo, pero sí de las cosas que propone y aprueba el régimen, así las normas y leyes vigentes estén construidas para ejercer represalias desde el poder y no para aumentar nuestra investigación y el desarrollo regional y nacional, con sano equilibrio, con respeto del medio ambiente, del agua y de los derechos de las personas que habitan el territorio. Es más, la situación actual en medio de la pandemia de Covid19, nos está poniendo a prueba, pues como lo afirman algunos premios nobel y otros estudiosos de la economía y de la evolución del mundo si no apuramos la enseñanza del conocimiento en inteligencia artificial y en generar nuevas fuentes de empleo, en menos de 20 años tendremos una crisis social de dimensiones no imaginadas y acabaremos dependiendo de los productos agropecuarios que algunos de nuestros campesinos siembren en sus parcelas. Conocimiento es poder, politiquería es miseria.

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