LOS MEDIOS VICTIMAS DE LA CORRUPCION

Los medios de comunicación son víctimas de los corruptos, porque quien tiene el poder, lo primero que hace es buscar periodistas que acomoden sus escritos o sus voces al interés particular y no al interés de la sociedad. Pensar y escribir o dialogar deben ser comportamientos humanos protegidos de manera especial por las leyes. la libertad de expresión, al permitir un debate abierto y vigoroso sobre los asuntos públicos, cumple una función política fundamental.  La sociedad tiene que estar informada y para ello los medios ayudan a “entender, contextualizar y evaluar los eventos políticos, así como las decisiones gubernamentales; conocer y juzgar los procesos y resultados de programas y políticas de un gobierno; facilitar la compresión de las auténticas causas, razones u objetivos de los mensajes y propuestas políticas; analizar las respectivas justificaciones de un gobierno, instituto u organización política, respecto de sus decisiones o acciones”. (T-048/93). Por eso ofrecer dádivas a los periodistas debe ser castigado de manera ejemplar por la justicia, pues ese tipo de comportamientos ejecutados por los gobiernos o por quienes ejercen funciones públicas atenta contra las bases democráticas más esenciales.

Los gobiernos saben que los medios de comunicación además de servir de canales para interactuar con la sociedad orientan a los electores hacia las urnas, favoreciéndose de esa manera con los dineros de los contribuyentes. Por esa y otras razones de tipo ético la publicidad oficial pagada con el dinero del Estado debe ser repartida con imparcialidad en forma tal que todos los medios de cualquier naturaleza que sean obtengan de manera objetiva participación en tales asignaciones presupuestales, destinadas a anunciar la gestión de obras o la ejecución de proyectos y políticas públicas en beneficio de la propia comunidad. Los gobiernos deben dejar el chantaje que se ejerce sobre los medios y propiciar una democracia auténtica en favor de la cultura política que es lo que mantiene la fortaleza de una auténtica participación ciudadana.

Todos los periodistas y líderes de opinión deberían constituir un comité de ética central en cada región o ciudad importante, para hacer que las reglas de asignación de publicidad se cumplan de manera estricta. Igual debe ocurrir a nivel nacional con relación a la pauta y los contratos de asesoría que se manejan desde la Presidencia de la República, porque ese dinero es de todos los contribuyentes y no puede ser entregado al arbitrio del gobernante. La transparencia en este punto debería ser paradigma de honor entre los directores y trabajadores de los medios y la clase política y gobernante, para empezar con un comportamiento claro frente al manejo de los más de $2 billones de pesos que se mueven en publicidad entre el sector público y privado cada año en el país. Uno de los requisitos de la rendición de cuentas anual debería ser el informe de asignación de estos recursos indicando el beneficiario, la forma como se contrataron los recursos, el objeto del contrato y la forma como se dio cumplimiento al mismo. La democracia se hace con pequeñas muestras de honestidad, pero hay que ponerlas en cartelera y en canales digitales todos los días.

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