LOS ERRORES DEL PRESIDENTE

Todos los niños anhelan ser Presidentes de su país, porque creen que en ese puesto se realizan sus deseos. Piensan que el cargo es fácil y que allí viven rodeados de canonjías, privilegios y poder, que en ninguna otra parte tendrán. El niño sueña cosas que no son realidad y lamentablemente las realidades son duras, despiadadas, crueles, inhumanas, contradictorias. El niño desconoce que existe la Constitución, las leyes, los decretos y una cantidad de reglas y comportamientos que no dejan actuar libremente al gobernante. Y si se trata de combatir actos violentos aparece la disyuntiva de “exterminar al enemigo o llevarlo ante la justicia”. El pasado muestra que era fácil acabar con el enemigo quitándole la vida y enterrándolo. Pero la sociedad moderna exige justicia, que el delincuente pague por lo que hizo; no basta solamente con aplicarle la pena de muerte. Pues bien, el primero y más grande error del presidente Duque fue haber desconocido los acuerdos de paz firmados por su antecesor con la antigua guerrilla de las Farc. Esos acuerdos fueron fruto de diálogos internacionales, cuyo contenido puede ser cuestionado ideológicamente, pero no borrado de la memoria del país. Quedó eso sí, una foto de dos exmandatarios con el Papa Francisco, que no pudo reconciliarlos.  Además, los textos de la negociación se elevaron a normas constitucionales y legales, con la relativa seguridad jurídica que esa decisión puede dar. Cambiar una norma constitucional o legal en Colombia no es fácil y menos tratándose de aspectos relacionados con la paz o la guerra y con los derechos fundamentales de las personas. Eso debió saberlo el Presidente si ejerció como abogado y si pasó con buenas notas el derecho constitucional.

El otro error, este más grave, fue haber dudado entre la vida y la economía cuando se declaró la pandemia por la Covid 19. France24 afirmó: “Con las calles ardiendo de ira contra su gobierno, Iván Duque luce errático cuando no desconectado de una Colombia en crisis, según analistas. Cientos de miles de personas han salido a protestar contra su gobierno desde el 28 de abril. Un país empobrecido por la pandemia y con la violencia de vuelta en los campos tras el pacto de paz con la poderosa guerrilla FARC, volcó su frustración hacia el mandatario de 44 años. En 2019 un inédito movimiento estudiantil le dio el primer aviso al presidente más joven de los últimos tiempos. Desde entonces le exigen un cambio de rumbo.” Infobae, otro periódico latinoamericano afirmó que la prensa alemana hizo fuertes críticas al gobierno Duque por manejo de la pandemia e inicio tardío de la vacunación. El medio aseguró que el presidente Duque no entregó los subsidios que prometieron a los pobres, no cerró el aeropuerto por querer beneficiar a ciertos empresarios y, a diferencia de otros países, inició tarde con la negociación y aplicación de las vacunas contra el coronavirus. Hoy solamente tenemos vacunados totalmente al 5% de la población.

The Washington Post expresó que al gobierno le costará caro el manejo errático de la pandemia. Lo que está demostrado por los bajos niveles de popularidad del mandatario que rondan el 27%. El plan de vacunación fue diseñado por el gobierno y sus empleados, no hay excusa entonces, para el fracaso como muestran los más de 100.000 muertos, y la cobertura de infectados y vacunados al día de hoy. El homenaje a los fallecidos por la pandemia en Colombia es una muestra silenciosa del perdón que pide a gritos el Presidente por su mala gestión en esta y otras materias. Los muertos no los devolverá la pena ni el arrepentimiento. Esperemos que el Consejo Nacional de Planeación empiece a mostrar la primeras cifras del cumplimiento del plan de desarrollo para evaluar cuánto se dejó de crecer y qué errores se cometieron en las inversiones equivocadas de un gobierno que oteaba el horizonte nacional pero no veía nada malo, porque como en el momento de la creación “vio Dios lo que había hecho y todo le pareció bueno”.

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