SI LA SAL SE CORROMPE…REFORMA TRIBUTARIA CON MERMELADA

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Todo el mundo sabe que la sal sirve especialmente para dar sabor a la comida y para preservar los alimentos de la corrupción. El mensaje cristiano en el sermón de la montaña afirmando que quienes oyen la palabra y la practican son la sal de la tierra, evidencia el símil del hijo del hombre frente a la depravación humana. Porque si la sal ya no puede aplicarse al fin primordial no sirve para nada, “sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”.

Pues bien, el expresidente Cesar Gaviria, Director del partido liberal denunció que el gobierno está usando la mermelada para que los congresistas aprueben la reforma tributaria presentada al Congreso. El artículo 115 de la Constitución dice que El Presidente y el Ministro en cada negocio en particular, constituyen el gobierno. Si el Dr. Gaviria acusa al gobierno ya sabemos quiénes están detrás de la trama. Y el código penal tipifica 3 conductas muy precisas sobre el tema: el cohecho propio, el cohecho impropio y el cohecho por dar u ofrecer. Ojalá no sea cierto que haya comportamientos delictuales en un tema que será crucial en la próxima campaña electoral, pues los colombianos afectados seguramente votarán en contra de todos aquellos congresistas que aprueben ese exabrupto en medio de una crisis como la que están viviendo las personas naturales, la pequeñas y las grandes empresas y los pensionados que resulten afectados con la que podría ser la nueva ley de impuestos.

El candidato Duque ofreció al pueblo en su campaña en el programa propuesto : “Nos duelen los impuestos asfixiantes, las dificultades para crear y ver surgir un negocio, los abrumadores trámites burocráticos, las demoras en responder a las necesidades de quienes generan empleo…Vemos que la corrupción campea descaradamente por todas partes mediante abusos de la contratación directa, carteles de contratistas, políticos financiados por sus compinches e instituciones prisioneras de la politiquería y el clientelismo.” Si el presidente fue elegido con un programa y con unas promesas él no las puede violar, haciendo algo completamente contrario. Es una obligación moral del Presidente Duque cumplir su palabra al pueblo, eso lo hacen los hombres de verdad.

Nada más despreciable y deshonesto que faltar a la palabra empeñada. Si por algo se distinguían los gobernantes de los grandes imperios era por su capacidad para congraciarse con el pueblo y defender su integridad. Es más, los griegos tenían una figura muy peculiar llamada “ostracismo”, para expulsar a los tiranos y despedir a quienes se creían irreemplazables en la vida de la ciudad abusando de su fama y poder. Estoy seguro por lo que comentan las personas en la calle que si el voto lo devolvieran ellos reclamarían su tarjeta electoral para comérsela como una forma de burlarse de quien llegó al poder con falacias.  Hoy debería existir el ostracismo para expulsar a los gobernantes mentirosos, retirarles el título de expresidentes y llevarlos a la cárcel como un derecho de los pueblos engañados. Conclusión: no a la reforma tributaria.

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