JUSTICIA EXCELENTE

Cartel de la toga. vencimiento de términos. libertades condicionales. Primas sin exigencias de alto rendimiento, son fallas evidentes de la rama judicial del poder público. Todos los países merecen una justicia excelente, de hombres probos, disciplinados y al servicio de los más altos intereses de la patria. Para soportar esas afirmaciones invoco dos frases de hombres ilustres: La absolución del culpable es la condena del juez. (Publio Siro). Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos más tarde o más pronto. (Voltaire).

Cartel de la Toga. Un nombre sarcástico e insultante, pues la toga infunde respeto, supone honorabilidad, indica el poder del hombre justo. Cuando el servidor público mancha la toga, debe ser sacado de la rama como cualquier criminal, para señalar a la sociedad la gran responsabilidad que se tiene en el ejercicio de un cargo que se identifica con tal indumentaria. Que los jueces de la más alta corte de la justicia ordinaria acuerden un “concierto para delinquir” es porque hemos tocado fondo. Dirán que es una excepción, pero esos comportamientos individuales pueden convertirse en tormenta. Sanciones ejemplares y celeridad es lo que se reclama por parte de la sociedad contra una justicia infestada de corrupción. No es solo este caso, las pensiones también se tocaron, las tutelas, el narcotráfico y otros casos escandalosos. Los medios de comunicación son testigos. Hay que retirarles las condecoraciones, las pensiones y otros honores que les fueron otorgados.

Vencimiento de términos y libertades condicionales. Mala imagen muestra la justicia cuando más de 5000 presuntos delincuentes en un año salen de prisión por vencimiento de términos. Más de 11.000 salieron a la calle por libertades condicionales. La ciudadanía está asustada por los niveles de inseguridad. Los delincuentes se han tornado en personas atrevidas; cometen delitos a la luz del día. La reingeniería y el benchmarking surgieron como paradigmas de la buena administración; el Gerente de la Rama debería ser un profesional calificado y probado en gestión de negocios, no en la politiquería. Ese cargo sí que requiere continuidad con evaluaciones periódicas para mantenerse en él. No podemos seguir asistiendo a la derrota de la justicia victima de la congestión. Los cambios son urgentes y necesarios sin improvisadores de nuevo cuño o personas sin experiencia. Da pena una justicia vencida por los malvados.

Primas por alto rendimiento. Las medidas tomadas por el gobierno para cumplir sentencias del Consejo de Estado que la Nación perdió frente a la rama judicial y otras dependencias estatales, pueden ser objeto de revisión en cualquier momento, pero sobre todo para fijarles una causa digna: la eficiencia. Si los jueces no se ponen al día en todos sus procesos no se merecen ese premio. Los impuestos de los ciudadanos deben ser invertidos en programas que nos pongan a caminar en nuestro propio futuro. No pueden destinarse únicamente a pagar favores o sentencias judiciales. La inteligencia de los servidores públicos debe estar acorde con los principios de la función administrativa y judicial: economía, moralidad, transparencia, eficacia y eficiencia. Saneada la mora en todos los despachos del Estado ahora sí entregar los premios, pero no puede haber dádivas anticipadas, para ver si los que tienen responsabilidades hacen el esfuerzo. Es un absurdo y una contradicción.

 

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