«La unidad en la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo». Esta frase de Isaac Newton es magistral. Uno podría usarla para todo en la vida. Y, para empezar, se la aplicaremos a los partidos políticos, que deberían ajustar sus plataformas ideológicas, sus programas, a los tiempos que se avecinan. Porque los jóvenes están volando ideológicamente y algunos partidos se mueven con muletas. Esto es intolerable en comunidades digitales que procesan miles de millones de pensamientos creativos al día.
Vamos a vivir en una sociedad diferente. Seguramente la riqueza no será el norte de quienes entendieron que a pesar de tener tres carros en casa, no pudieron salir, o poseer una casa principal y otra de recreo porque la segunda se llenó de polvo, pues por el encierro no pudieron viajar a ocuparla. Y la ropa, no necesitaron mucha en las cuarentenas consecutivas. Y las joyas durmieron en los estantes protegidos de las damas de sociedad, sin mirarlas siquiera. Muchos símbolos de poder y orgullo se desplomaron. Ojalá impere la humildad. La sociedad de consumo, “del tírese después de usado” deberá moderarse. No podemos sacrificar el ambiente donde vivimos por el aumento desmedido de los placeres terrenales.
Y los gobiernos que surgieron en nuestras sociedades para garantizar el orden interno, la seguridad externa y el alimento, deberán repensar las obras faraónicas que obligan a que cada año los impuestos crezcan en forma desmedida. Hay que volver al plan de las necesidades reales de las comunidades y repartir mejor la riqueza para que el 99% de la sociedad no siga trabajando sin descanso para el 1% de la población que se está quedando con las grandes ganancias de todos los pueblos que hay sobre la tierra. Y especialmente apoyar a los sectores rurales de los países para que no sigan abandonando sus parcelas, para venirse a habitar los cinturones de miseria de las grandes ciudades. El crecimiento poblacional debe ser organizado.
Las megaciudades del futuro pueden esperar un rato, hasta cuando dominemos la naturaleza y sus plagas. Mientras el problema sanitario pueda cogernos por sorpresa y eliminar parte de la comunidad viviente estaremos soñando con viajes maravillosos de los que no sabemos si regresaremos con vida o infectados, o tal vez quedemos aislados sin recursos en país extranjero en medio de una pandemia. Lo que predominará en la sociedad del futuro no será el miedo sino la prudencia. Por eso los partidos y movimientos políticos y sociales tiene que replantear sus ofertas a los electores o nuevas corrientes los harán desaparecer.
Se el primero en Comentar