COVID-19. LA CIUDAD. LA IMPORTANCIA DEL HOMBRE Y DEL CAPITAL

Si alguna enseñanza nos ha dejado esta pandemia es la unidad inescindible entre todas las personas que vivimos en sociedad. Como bien lo expresara Platón en La República “la ciudad nace por darse la circunstancia de que ninguno de nosotros se basta a sí mismo, sino que necesita de muchas cosas”. Toda teoría, entonces, necesita una demostración social o matemática, como parte del método científico. Solamente así creemos en el postulado que nos remite a “no hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros”. Y en aquel otro, que manda “vender lo que tenemos y darlo a los pobres”.

Los teóricos del Estado moderno defienden su existencia en la necesidad de mantener altos niveles de seguridad que nos protejan de quienes quieren hacernos daño, que a través de mecanismos de justicia imparciales se diriman nuestras diferencias y, principalmente, que el Estado provea las necesidades de aquellos que por diferentes razones no pueden subsistir sin el apoyo de sus conciudadanos. El Estado está compuesto por familias, y es esa la razón por la cual, siempre a los gobernantes se les ha considerado “páter familias”, a pesar de que muchos se han desviado y acogido la tiranía y la corrupción.

El crecimiento de las sociedades tribales dio origen a las ciudades, estas a los reinos y luego a los Estado democráticos. La consolidación de tales agrupaciones se dio con mayor énfasis en las sociedades feudales, donde el “señor” respondía por sus súbditos. Luego, al entrar en la era de la industrialización se dio una extremada división entre el capital y el trabajo, generando luchas sociales y guerras que dieron al traste con la “pax romana” existente. Llamamos Revolución Industrial al cambio fundamental que se produce en la sociedad cuando su economía deja de basarse en la agricultura y la artesanía para depender de la industria. Por eso desde el siglo XVIII en adelante, las crisis se han basado en argumentos a favor y en contra de la discriminación por razones de raza, sexo o posición social.

La pandemia causada por el COVID-19, como ninguna otra en los tiempos modernos, dejó a miles de trabajadores parados, miles de millones de dólares inmovilizados y empresas apagadas. Calles desoladas, hospitales saturados, manifiesta desigualdad social evidenciada, gobiernos desconcertados, y sectores de la salud convertidos en íconos de la vida. La conclusión: todos nos necesitamos y tenemos que salvarnos como sociedad o perecer por causa del egoísmo y la soberbia. Nada gana el dinero acumulado sin la mano de obra del trabajador; nada gana el trabajador, sin el apoyo del capital que se destina a la inversión. ¿Cambiaremos o seguiremos pensando que solos nacimos y solos nos condenamos?

Se el primero en Comentar

Deja tu respuesta